jueves, 2 de diciembre de 2021

GALATAS 3

  • El Espíritu se recibe por la fe
  • El pacto de Dios con Abraham
  • El propósito de la ley





3.1 Los creyentes de Galacia habían sido fascinados por los argumentos falsos de los maestros, hasta dar la apariencia de que estaban bajo la influencia de un encanto. La magia era común en los días de Pablo (Act 8:9-11; Act 13:6-7). Los magos empleaban tanto la ilusión como el poder de Satanás para lograr sus milagros. La gente se involucraba en los ritos misteriosos de los magos sin tomar en cuenta su peligroso origen.

3.2, 3 Los creyentes en Galacia, algunos de los cuales habían estado en Jerusalén en Pentecostés y habían recibido el Espíritu Santo allí, sabían que no recibieron el Espíritu de Dios por obedecer la ley judía. Pablo enfatizó que así como comenzaron la vida cristiana en el poder del Espíritu, de igual manera crecerían por el poder del Espíritu. Los gálatas dieron un paso atrás cuando decidieron cumplir con las leyes judías. Debemos darnos cuenta que crecemos espiritualmente gracias a la obra de Dios en nosotros por su Espíritu, no por seguir normas especiales.

3.5 Los gálatas sabían que habían recibido al Espíritu Santo cuando creyeron, no cuando obedecieron la ley. Muchas personas se sienten inseguras en su fe, porque la fe sola parece muy sencilla; por ello es que procuran acercarse a Dios por medio de reglas. Mientras ciertas disciplinas (estudio bíblico, oración) y servicio pueden ayudarnos a crecer, estas no pueden ocupar el lugar del Espíritu Santo en nosotros o ser un fin en sí mismo. Al plantear estas preguntas, Pablo esperaba lograr que los gálatas vieran otra vez a Cristo como el fundamento de su fe.

3.5 El Espíritu Santo da a los cristianos un poder especial para vivir para Dios. Algunos cristianos desean más que esto. Ellos desean vivir en un alto estado emocional de manera perpetua. El aburrimiento de la vida cotidiana parece denotar que algo anda mal espiritualmente. Frecuentemente, una de las obras más grandes del Espíritu Santo en nosotros es enseñarnos a persistir, mantenernos en hacer lo que es correcto, aunque aparentemente haya perdido su interés o entusiasmo. Los gálatas rápidamente se volvieron de las enseñanzas de Pablo a las novedades de los maestros en su ciudad, necesitaban el don de la perseverancia que da el Espíritu Santo. Si la vida cristiana le parece anodina, quizá esté necesitando que el Espíritu lo sacuda. Cada día la vida ofrece un desafío para vivir por Cristo.

3.6-9 El argumento principal de los judaizantes era que los gentiles tenían que hacerse judíos para poder ser cristianos. Pablo expuso lo débil de este argumento al demostrarles que los verdaderos hijos de Abraham son aquellos que tienen fe, no los que guardan la ley. Abraham mismo fue salvado por fe (Gen 15:6). Los creyentes de todos los tiempos de toda nación reciben la misma bendición de Abraham. Esta es una promesa consoladora, una gran herencia y un fundamento sólido para vivir.

3.10 Pablo cita Deu 27:26 para probar que en oposición a lo que los judaizantes enseñaban, la ley no puede justificar y salvar, sólo puede condenar. El quebrantar uno solo de los mandamientos trae condenación sobre una persona. Y como todos han quebrantado los mandamientos, todos están condenados, y la ley nada puede hacer para cambiarlo (Rom 3:20-24). Pero Cristo tomó la maldición de la ley sobre sí cuando fue colgado en la cruz (Rom 3:13). Lo hizo para que no tuviéramos que enfrentar nuestro castigo. La única condición es que aceptemos lo que hizo Cristo en la cruz (Col 1:20-23).

3.11 Procurar ser rectos para con Dios ("justificación") por nuestro esfuerzo propio no funciona. Las buenas intenciones tales como "la próxima vez lo haré mejor" o "nunca lo volveré a hacer", usualmente, termina en fracaso. Pablo menciona la declaración de Habacuc (Hab 2:4) que por confiar en Dios, creyendo en su provisión en favor de nuestros pecados y viviendo cada día en el poder de su Espíritu, podemos romper este ciclo de fracaso.

3.17 Dios mantiene su promesa a Abraham (Gen 17:7-8), no la abolió, pese a haber pasado miles de años. Salvó a Abraham por medio de su fe, y ha bendecido al mundo a través de Abraham al enviar al Mesías como uno de sus descendientes. Las circunstancias pueden cambiar, pero Dios permanece constante y no quebranta sus promesas. Ha prometido perdonar nuestros pecados por medio de Jesucristo y podemos estar seguros de que lo hará.

3.18, 19 La ley tiene dos funciones. En su lado positivo, revela la naturaleza y la voluntad de Dios y muestra a la gente cómo debe vivir. En el lado negativo, muestra el pecado de las personas y les indica que es imposible agradar a Dios por obediencia plena a todas sus leyes. La promesa de Dios a Abraham tiene que ver con su fe, la ley enfoca las acciones. El pacto con Abraham muestra que la fe es el único medio de salvación, la ley muestra cómo obedecer a Dios en una respuesta maravillosa. La fe no anula la ley, por el contrario, cuanto más llegamos a conocer a Dios, más entendemos cuán pecadores somos. Por lo tanto somos conducidos a depender sólo de nuestra fe en Cristo para obtener nuestra salvación.

3.19, 20 Cuando Dios le dio su promesa a Abraham lo hizo por sí mismo, sin Moisés o los ángeles como mediadores. Aunque no se menciona en Exodo, los judíos creían que los Diez Mandamientos habían sido dados a Moisés por los ángeles (Esteban se refiere a esto en su discurso, véase Act 7:38, Act 7:53). Pablo muestra la superioridad de la salvación y crecimiento por la fe sobre el tratar de ser salvos por guardar la ley judía. Cristo es el mejor y único camino dado por Dios para que nosotros podamos venir a El (1Ti 2:5).

3.21, 22 Antes que la fe en Cristo nos libertara, estábamos atrapados en pecado, abatidos por errores pasados y sofocados por deseos pecaminosos. Dios sabía que éramos prisioneros del pecado y por ello proveyó una vía de escape: la fe en Jesucristo. Sin Cristo todos están atrapados en las garras del pecado y sólo aquellos que depositan su fe en El pueden quedar libres. Mire hacia El: lo quiere alcanzar para darle libertad.

3.24, 25 "El ayo" es como la supervisión que un tutor le daba a un niño. No necesitamos más este tipo de supervisor. La ley nos muestra la necesidad de salvación; la gracia de Dios nos provee esa salvación. El Antiguo Testamento todavía es aplicable. Dios revela, en el mismo, su naturaleza, su voluntad para la humanidad, sus leyes morales y sus directrices para vivir. Pero no podemos ser salvos por guardar la ley, debemos confiar en Cristo el Mesías.

3.26, 27 En la sociedad romana, un futuro joven ponía a un lado la túnica de su niñez y se vestía con una nueva túnica. Esto representaba su paso a la ciudadanía adulta con todos sus derechos y responsabilidades. Pablo combinó esta concepción cultural con el concepto del bautismo. Por hacerse cristiano y ser bautizados, los creyentes gálatas estaban creciendo espiritualmente y estaban listos para tomar el privilegio y las responsabilidades de mayor madurez. Pablo dice que ellos habían puesto a un lado las vestimentas viejas de la ley, y ahora estaban vistiendo el ropaje nuevo de la rectitud en Cristo (véanse 2Co 5:21; Eph 4:23-24).

3.28 Algunos varones judíos saludaban al nuevo día con la oración: "Señor, te doy gracias que no soy un gentil, un esclavo o una mujer". El papel de la mujer fue realzado por el cristianismo. La fe en Cristo va más allá de estas diferencias y hace que los creyentes sean uno en Cristo. Asegúrese de que no está imponiendo restricciones que Cristo ha quitado. Ya que los creyentes son sus herederos, ninguno es más privilegiado o superior a otro.

3.28 Es nuestra inclinación natural sentirnos incómodos cuando estamos en medio de personas que son diferentes a nosotros y acercarnos a aquellos con los que tenemos alguna semejanza. Pero cuando permitimos que nuestras diferencias nos separen de otros creyentes, contradecimos enseñanzas bíblicas claras. Propóngase buscar y apreciar a gente que no se asemeja a usted ni a sus amigos. Hallará que hay muchas cosas en común.

3.29 El pacto original con Abraham fue proyectado para todo el mundo, no sólo para sus descendientes (véase Gen 12:3). Todos los creyentes forman parte de este pacto y son bendecidos como hijos de Abraham.

¿QUE ES LA LEY?
Parte de la Ley judía incluía las leyes que se hallan en el Antiguo Testamento. Cuando Pablo dice que los que no son judíos (gentiles) no están atados a dichas leyes, no dice que las leyes del Antiguo Testamento no tienen valor hoy. Lo que afirma es que ciertas leyes podrían no ser aplicadas a nosotros. En el Antiguo Testamento existían tres categorías de leyes.
Ley ceremonial
Esta clase de ley se relaciona específicamente con la adoración judía (véase por ejemplo, Lev 1:1-13). Su propósito primario fue señalar al futuro, a Jesucristo. Por lo tanto, estas leyes ya no eran necesarias después de la muerte de Jesús y de su resurrección. Si bien es cierto que ya no estamos atados por las leyes ceremoniales, los principios que las respaldan -adorar y amar a un Dios santo- todavía son aplicables. Los cristianos judíos acusaban con frecuencia a los cristianos gentiles de violar la ley ceremonial.


Ley civil
Este tipo de ley daba orientaciones relacionadas con el diario vivir de Israel (véase Deu 24:10-11). Ya que la sociedad y la cultura moderna son radicalmente diferentes, algunas de estas directrices no pueden ser cumplidas específicamente. Pero los principios que se hallan tras de estos mandatos debieran guiar nuestra conducta. Pablo, en ciertas ocasiones, le pidió a los cristianos de origen gentil que obedecieran algunas de estas leyes, no por obligación, sino para promover la unidad.


Ley moral
Este género de leyes vienen a ser el mandato directo de Dios: por ejemplo, los Diez Mandamientos (Exo 20:1-17). Requieren obediencia estricta. Revelan la naturaleza y la voluntad de Dios y todavía están en vigencia hoy. Debemos obedecer esta ley moral no para obtener salvación, sino para vivir de tal manera que agrademos a Dios.


JUDAIZANTES VERSUS PABLO
Lo que los judaizantes dijeron acerca de Pablo
Que pervertía la verdad.
Que era un traidor a la fe judía.
Que comprometió y rebajó su mensaje por causa de los gentiles.
Que menospreciaba la ley de Moisés.
La defensa de Pablo
Recibió su mensaje de Cristo mismo (Exo 1:11-12).
Pablo era uno de los judíos más dedicados de su tiempo. Sin embargo, Dios lo transformó por medio de una revelación de las buenas nuevas acerca de Jesús, en el momento de una de las acciones más fanáticas (Exo 1:13-16; Act 9:1-30).
Los otros apóstoles declararon que el mensaje predicado por Pablo era el evangelio verdadero (Act 2:1-10).
Lejos de degradar la ley, Pablo la puso en el lugar que le correspondía. Dijo que ella mostraba a la gente dónde había pecado y que les señalaba a Cristo (Act 3:19-29).

Mientras rugía el debate entre los cristianos gentiles y los judaizantes, Pablo creyó necesario escribir a las iglesias en Galacia. Los judaizantes procuraban menoscabar la autoridad de Pablo y querían hacer creer que enseñaba un evangelio falso. En respuesta, Pablo defendió su autoridad como un apóstol y la verdad de su mensaje. El debate sobre las leyes judías y los cristianos gentiles fue oficialmente resuelto en el concilio de Jerusalén (Hechos 15), sin embargo, continuó siendo un punto de disputa posteriormente.


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