miércoles, 25 de mayo de 2022

JEREMIAS 3

  • Jehová exhorta a Israel y a Judá al arrepentimiento


JEREMIAS 3





3.1 Esta ley, que aparece en Deu 24:1-4, dice que una mujer a la que su primer marido le dio carta de divorcio por haber encontrado algo indigno en ella, nunca se podrá unir de nuevo a su primer esposo. Judá "se divorció" de Dios y "se casó" con otros dioses. Dios tenía todo el derecho de repudiar a su pueblo desobediente, pero en su misericordia estaba dispuesto a volverlos a recibir.

3.2 "Como árabe en el desierto" significa que así como un ladrón árabe se escondería y esperaría para saquear una caravana en viaje, Judá corría hacia la idolatría.

3.4, 5 A pesar de su gran pecado, Israel seguía hablando como si fuera hijo de Dios. De la única manera que podían hacerlo era restando importancia a su pecado. Cuando sabemos que hemos hecho algo malo, queremos pasar por alto el error liberando así algo de la culpa que sentimos. Cuando le restamos importancia a nuestra maldad, por naturaleza nos asustamos ante los cambios que debemos hacer y, por lo tanto, continuamos pecando. Sin embargo, si viéramos cada actitud o acción errónea como una ofensa seria a Dios, comenzaríamos a entender lo que significa vivir para El. ¿Hay algún pecado en su vida que considera demasiado pequeño como para preocuparse? Dios dice que debemos confesar y apartarnos de todo pecado.

3.6-6.30 El reino del norte, Israel, cayó ante Asiria y su pueblo lo llevaron en cautiverio. La lección trágica de su caída debió haber provocado que el reino del sur, Judá, regresara a Dios, pero no prestó atención. Jeremías exhortó a Judá a que volviera a Dios para evitar un desastre seguro. Su mensaje llegó entre 627 y 621 a.C. durante el reinado de Josías. A pesar de que este rey obedeció los mandamientos de Dios, su ejemplo aparentemente no llegó al corazón del pueblo. Si el pueblo se negaba a arrepentirse, Dios dijo que destruiría la nación debido a la maldad del abuelo de Josías, el rey Manasés (2Ki 23:25-27).

3.11-13 Israel ni siquiera trataba de aparentar obediencia a Dios, sin embargo, Judá mantuvo su apariencia de fe verdadera sin un corazón sincero. Creer la sana doctrina sin un compromiso de corazón es como ofrecer sacrificios sin un verdadero arrepentimiento. El falso arrepentimiento de Judá trajo palabras condenatorias de Jeremías. Vivir sin fe es caso perdido y expresar dolor sin cambiar resulta traicionero y desleal. No basta con sentirse mal por el pecado. El arrepentimiento demanda un cambio de actitud y corazón que resulta en un cambio de conducta.

3.12-18 El reino del norte, Israel, estaba en cautiverio, castigado por sus pecados. El pueblo de Judá despreció a estos vecinos del norte por su herejía flagrante y por su degradación moral. Aun así, Jeremías prometió al remanente de Israel las bendiciones de Dios si se volvían a El. Judá, todavía seguro en su propia opinión, debió haberse vuelto a Dios después de ver la destrucción de Israel. Pero rehusó hacerlo, así que Jeremías los sorprendió al hablarles acerca de la promesa de Dios al remanente de Israel si se arrepentían.

3.15 Dios prometió dar líderes del pueblo ("pastores" conforme a su corazón) que lo siguieran, llenos de conocimiento (sabiduría) y entendimiento. Dios observó la falta de dirección de Israel, por lo que prometió enviar la clase correcta de liderazgo para ellos. Miramos a nuestros líderes y confiamos en ellos para que nos guíen y dirijan. Pero si no siguen a Dios, nos desviarán del camino verdadero. Ore que nuestras naciones, comunidades e iglesias tengan líderes que honren a Dios, líderes que sean buenos ejemplos y nos traigan la sabiduría de Dios.

3.16, 17 En los días que Salomón reinó sobre una nación unida, el pueblo tuvo un hermoso templo donde adoraban a Dios. El templo guardaba el arca del pacto, símbolo de la presencia de Dios con su pueblo. El arca guardaba las tablas de los Diez Mandamientos (véase Exo 25:10-22). En el reino futuro, no se extrañarían esos días con el arca porque Dios estaría presente en medio de su pueblo a través del Espíritu Santo.

3.22-25 Jeremías predijo el día en que la nación volvería a unirse, la verdadera adoración se reinstauraría y el pecado se vería como tal. Nuestro mundo glorifica la emoción que surge de la riqueza, competencia y placer sexual y pasa por alto el pecado que con tanta frecuencia se asocia con estas emociones. Resulta muy triste el hecho de que muy pocos vean el pecado tal y como es: un engaño. La mayoría de la gente no puede verlo hasta que se ve destruida por el pecado que ha perseguido. La ventaja de creer en la Palabra de Dios es que no tenemos que aprender por dura experiencia los resultados destructivos del pecado.


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