miércoles, 18 de mayo de 2022

2REYES 18

  • Reinado de Ezequías

(2 Cr. 29.1–2) 

  • Caída de Samaria
  • Senaquerib invade a Judá

(2 Cr. 32.1–19;  Is. 36.1–22) 


2REYES 18





18.4 La serpiente de bronce se había hecho para curar a los israelitas de la mordida de serpientes venenosas (Número 21.4-9). Demostraba la presencia y el poder de Dios y era un recordatorio para el pueblo de su misericordia y su perdón. Pero se había convertido en un objeto de adoración en lugar de un recordatorio de a quién tenían que adorar, así que Ezequías se vio forzado a destruirla. Debemos tener cuidado de que las cosas que usamos para ayudarnos a adorar a Dios no se vuelvan objetos de adoración por sí mismos. La mayoría de los objetos no son creados para ser ídolos, se vuelven ídolos por la forma en la que la gente los usa.

18.5 "Ni después ni antes hubo otro como él entre todos los reyes de Judá". En un dramático contraste con su padre Acaz, Ezequías siguió a Dios más de cerca y con mayor sinceridad que cualquier otro rey de Judá o Israel. Esta frase se refiere a los reyes que sucedieron después de la división del reino y por lo tanto no incluye a David, considerado como el rey más devoto a Dios.

18.7 La nación de Judá fue oprimida por dos potencias mundiales, Egipto y Asiria. Ambas naciones querían controlar a Judá y a Israel porque estaban localizadas en el cruce de caminos vitales para todo el comercio del antiguo Cercano Oriente. La nación que controlara a Judá tendría ventajas económicas y militares sobre sus rivales. Cuando Ezequías llegó a ser rey, Asiria controlaba a Judá. Al actuar con gran valor, Ezequías se rebeló en contra del poderoso imperio al que su padre se había sometido. Puso su fe en la fuerza de Dios y no en la suya propia, y obedeció los mandamientos de Dios a pesar de los obstáculos y peligros que, desde un punto de vista puramente humano, parecían insuperables.

 EZEQUIAS
El pasado es una parte importante de las acciones de hoy y de los planes del mañana.
El pueblo y los reyes de Judá tuvieron un pasado rico, lleno de los hechos, la dirección
y los mandamientos de Dios. Pero con el paso de cada generación, también tuvieron una creciente lista de tragedias que ocurrieron cuando el pueblo se olvidó que su Dios, que
los había protegido en el pasado, también se preocuparía por ellos en el presente y en
el futuro, y demandó su obediencia continua. Ezequías fue uno de los pocos reyes de
Judá que estuvo siempre consciente de los hechos de Dios en el pasado y de su interés
en los de cada día. La Biblia lo describe como un rey que tuvo una relación íntima con
Dios.
Como reformador, Ezequías estaba más preocupado con la obediencia del presente. Judá estaba lleno de recordatorios visuales de su falta de confianza en Dios, y Ezequías valientemente limpió la casa. Fueron destruidos altares, ídolos y templos paganos. Incluso no se salvó ni la serpiente que Moisés había hecho en el desierto porque había dejado de señararle al pueblo hacia Dios y también había llegado a ser un ídolo. El templo de Jerusalén, cuyas puertas habían sido clausuradas por el propio padre de Ezequías, fueron limpiadas y reabiertas. Fue reinstituida la Pascua como fiesta nacional, y hubo un avivamiento en Judá.
A pesar de que tenía una inclinación natural para responder a los problemas presentes, la vida de Ezequías nos muestra muy poca evidencia de una preocupación acerca del futuro. Tomó muy pocas medidas para preservar los efectos de sus reformas arrolladoras. Sus esfuerzos exitosos lo hicieron soberbio. Al demostrarles su riqueza a la delegación babilonia (un acto poco sabio de su parte) hizo que Judá fuera incluida en la lista que los babilonios tenían de "naciones por conquistar". Cuando Isaías informó a Ezequías de lo tonto que había sido, la respuesta del rey mostró su falta de visión: estaba agradecido de que cualquier mala consecuencia sería pospuesta hasta después de su muerte. Las vidas de los tres reyes que lo sucedieron -Manasés, Amón y Josías- se vieron profundamente afectadas, tanto por los logros como por las debilidades de Ezequías.
El pasado afecta sus decisiones y sus acciones de hoy, y estas, a su vez, afectan el futuro. Hay lecciones que aprender y errores que debemos evitar repetir. Recuerde que parte del éxito de su pasado será medido por lo que haga con él ahora y lo bien que lo utilice para prepararse para el futuro.
Puntos fuertes y logros :
-- Rey de Judá que llevó a cabo reformas civiles y religiosas
-- Tuvo una relación personal y creciente con Dios
-- Desarrolló una poderosa vida de oración
-- Resaltado como patrocinador de varios capítulos del libro de Proverbios (véase
Pro 25:1)
Debilidades y errores :
-- Mostró poco interés y sabiduría al planear para el futuro, y proteger la herencia espiritual
-- Fue imprudente al mostrar toda su riqueza a los mensajeros de Babilonia
Lecciones de su vida :
-- Las reformas arrolladoras tienen muy corta vida cuando se toman muy pocas medidas para preservarlas para el futuro
-- La obediencia a Dios del pasado no evita la posibilidad de la desobediencia presente
-- Una completa obediencia a Dios rinde resultados sorprendentes
Datos generales :
-- Dónde: Jerusalén
-- Ocupación: Decimotercer rey de Judá (reino del sur)
-- Familiares: Padre: Acaz. Madre: Abi. Hijo: Manasés
-- Contemporáneos: Isaías, Oseas, Miqueas, Senaquerib
Versículos clave :
"En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó de El, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés" (2Ki 18:5-6).
La historia de Ezequías se relata en 2 Reyes 16.20-20.21; 2 Crónicas 28.27-32.33; Isaías 36.1-39.8. Además se le menciona en Pro 25:1; Isa 1:1; Jer 15:4; Jer 26:18-19; Hos 1:1; Mic 1:1. 


18.9-12 Estos versículos se remontan a los días muy cercanos a la destrucción de Israel. Ezequías reinó con su padre Acaz durante catorce años (729-715 a.C.), él solo durante dieciocho años (715-697 a.C.) y con su hijo Manasés durante once años (697-686 a.C), un total de cuarenta y tres años. Los veinte nueve años registrados en 18.2 indican sólo aquellos años en los que Ezequías tuvo el control completo del reino. Mientras Ezequías estaba en el trono, la parte norte de la nación de Israel fue destruida (722 a.C.). El conocer el destino de Israel probablemente hizo que Ezequías reformara su propia nación. (Para mayor información acerca de Ezequías, véanse 2 Crónicas 29-32 e Isaías 36-39).

18.13 Este suceso ocurrió en 701 a.C., cuatro años después de que Senaquerib había llegado a ser rey de Asiria. Senaquerib era el hijo de Sargón II, el rey que había deportado en cautiverio al pueblo de Israel (véase la nota a 17.3). Para evitar que Asiria atacara, el reino del sur pagó tributo anualmente. Pero cuando Senaquerib fue rey, Ezequías dejó de pagar este dinero, esperando que Asiria lo ignorara. Cuando Senaquerib y su ejército tomó represalias, Ezequías se dio cuenta de su error y pagó el dinero del tributo (18.14), pero Senaquerib lo atacó de todas formas (18.19ss). A pesar de ello, no tenía tanta hambre de guerra como los anteriores reyes de Asiria, prefiriendo emplear mucho de su tiempo en la edificación y embellecimiento de su ciudad capital, Nínive. Con menos invasiones frecuentes, Ezequías pudo instituir muchas de sus reformas y fortalecer a la nación.

18.17 El enviar al comandante supremo (Tartar), al oficial en jefe (Rabsaris) y al comandante de batalla (Rabsaces) era como enviar al vicepresidente, al secretario de estado y al general del ejército para hablar al enemigo previo a la batalla. Todos estos hombres fueron enviados en un esfuerzo de impresionar y desalentar a los israelitas.


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