viernes, 18 de marzo de 2022

JUECES 9

  • Reinado de Abimelec


JUECES 9





9.1-3 Con la muerte de Gedeón, Abimelec quiso ocupar el lugar de su padre. (Jerobaal es otro nombre de Gedeón; véase 6.32.) Para poner en práctica su plan, fue a la ciudad de Siquem, la tierra natal de su madre, para solicitar apoyo. Aquí sintió un parentesco cercano con los residentes. Estos parientes eran cananeos y estarían contentos de unírsele contra Israel. Siquem era una ciudad importante, un cruce en las rutas de comercio y un eslabón natural entre la planicie costera y el Valle del Jordán. Quienquiera que dominara Siquem tendría también dominio sobre el campo.

9.2-5 El rey de Israel debía ser Jehová y no un hombre. Pero Abimelec quería usurpar la posición que estaba reservada exclusivamente para Dios. En su búsqueda egoísta, mató a todos menos uno de sus setenta medio hermanos. Las personas que tienen deseos egoístas a menudo buscan cumplirlos mediante métodos despiadados. Analice sus ambiciones para ver si están centradas en usted mismo o en Dios. Asegúrese de buscar siempre el cumplimiento de sus deseos de una manera que Dios aprobaría.

9.4 La política jugaba una parte importante tanto en las religiones paganas como en la adoración de Baal-berit. A menudo los gobiernos llegaban hasta el punto de contratar prostitutas del templo para obtener dinero adicional. En muchos casos un sistema religioso era establecido y apoyado por el gobierno para que así las ofrendas pudieran financiar los proyectos de la comunidad. La religión se convirtió en un negocio de beneficios económicos. En la religión de Israel, esto estaba estrictamente prohibido. El sistema religioso de Dios estaba diseñado para que saliera de una actitud del corazón, no de planes calculados y oportunidades para negociar. Además también estaba diseñado para servir al pueblo y para ayudar a aquellos que estaban en necesidad, no para oprimir al necesitado. ¿Es su fe genuina y sincera, o está apoyada en la conveniencia, la comodidad y la disponibilidad?

9.6 Abimelec fue declarado gobernador de Israel en Siquem, el sitio de otros sucesos clave en la Biblia. Fue una de las paradas de Abraham antes de llegar a Canaán (Gen 12:6-7). Cuando Jacob vivió ahí, dos de sus hijos mataron a todos los hombres de Siquem porque el príncipe del reino había violado a su hermana (Génesis 34). Los huesos de José fueron enterrados en Siquem (Jos 24:32). Israel renovó su pacto con Dios en Siquem (Josué 24) y el reino de Israel se dividió en esta misma ciudad (1 Reyes 12).

9.7-15 En la parábola de Jotam los árboles representaban a los setenta hijos de Gedeón, y la zarza representaba a Abimelec. El punto de Jotam era este: una persona productiva estaría demasiado ocupada haciendo el bien para perder tiempo con poderes políticos. Por otro lado, una persona inútil estaría contenta de recibir el honor, pero destruiría a la gente a la que gobernaba. Abimelec, como una zarza, no pudo ofrecer a Israel protección real ni seguridad. La parábola de Jotam se hizo realidad cuando Abimelec destruyó la ciudad de Siquem (9.45), quemó la "torre de Siquem" (la ciudad de Milo 9.46-49), y finalmente murió en Tebes (9.53, 54).
9.16 Jotam contó la historia de los árboles para ayudar al pueblo a establecer buenas prioridades. No quería que designaran a un líder de poco carácter. Cuando servimos en posiciones de liderazgo, debemos examinar nuestros motivos. ¿Queremos sólo la alabanza, el prestigio o el poder? En la parábola, los árboles buenos decidieron ser productivos y proporcionar beneficios a la gente. Asegúrese de que estas sean sus prioridades cuando aspire a ser líder.

9.22-24 Abimelec era todo lo opuesto a lo que Dios quería en un juez, pero pasaron tres años antes de que Dios se volviera contra él, cumpliendo la parábola de Jotam. A Jotam, esos tres años debieron de haberle parecido interminables. ¿Por qué no fue castigado Abimelec más rápidamente por su maldad?
No somos los únicos que nos preguntamos por qué el mal parece prevalecer (Job 10:3; Job 21:1-18; Jer 12:1; Hab 1:2-4, Hab 1:12-17). Dios promete enfrentar el pecado, pero en su tiempo, no en el nuestro. En realidad es buena noticia que Dios no nos castigue inmediatamente, porque todos hemos pecado y merecemos el castigo de Dios. Dios, en su misericordia, a menudo nos perdona de un castigo inmediato y nos da tiempo para que nos volvamos de nuestros pecados y regresemos a El arrepentidos. Confiar en la justicia de Dios significa que (1) primero debemos reconocer nuestros propios pecados y arrepentirnos, y (2) quizá debamos enfrentar un tiempo difícil de espera para que el malvado sea castigado. Pero en el tiempo de Dios, todo malo será destruido.

9.23 Este espíritu malo no era sólo una actitud de contienda, era un demonio. No era Satanás mismo, sino uno de los ángeles caídos bajo la influencia de Satanás. Dios usó este espíritu malo para traer juicio sobre Siquem. 1Sa 16:14 registra cómo juzgó Dios a Saúl de manera similar.

9.45 El acto de esparcir sal sobre una ciudad conquistada constituía un rito que simbolizaba la desolación perpetua de la ciudad. No sería reconstruida por ciento cincuenta años.

9.53 En tiempos de batalla, a veces se les pedía a las mujeres que se unieran a los hombres en el muro de la ciudad y dejaran caer objetos pesados sobre los soldados que estaban abajo. Una piedra de molino sería un objeto ideal para este propósito. Era una piedra redonda de unos 45 cm de diámetro con un hoyo en el centro. Las piedras de molino se utilizaban para moler el grano y transformarlo en harina. El grano se colocaba entre dos piedras. La piedra superior se hacía girar, moliendo el grano.
La muerte de Abimelec fue especialmente humillante: murió a manos de una mujer, no en combate; y fue muerto con una herramienta de granja en lugar de un arma. Por lo tanto, Abimelec pidió a su escudero que lo atravesara con su espada antes de morir por el golpe de la piedra de molino.

9.56, 57 Gedeón, el padre de Abimelec, tuvo éxito en las batallas militares, pero en ocasiones fracasó en sus luchas personales. Gedeón no fue condenado por tomar una concubina (8.31), pero los problemas familiares que surgieron a raíz de esa relación son obvios.
Al final, Abimelec mató a sesenta y nueve de sus setenta medio hermanos, desgarró a la nación y luego fue asesinado. Aprendemos de la vida de Gedeón que no importa cuánto bien hagamos por el Reino de Dios, el pecado en nuestras vidas seguirá produciendo consecuencias poderosas y peligrosas.

9.56, 57 La maldición de Jotam aparece en 9.16-20.

 CAIDA DE ABIMELEC :   El hijo ilegítimo de Gedeón mató a 69 de sus medio hermanos en Ofra y regresó a Siquem para que lo proclamaran rey. Pero tres años después, Siquem se rebeló. Desde Aruma, Abimelec atacó Siquem, Milo ("la torre de Siquem") y Tebes, donde murió.







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