sábado, 12 de marzo de 2022

JOSUE 24

  • Discurso de despedida de Josué
  • Muerte de Josué
  • Sepultura de los huesos de José en Siquem
  • Muerte de Eleazar


JOSUE 24





24.15 La gente tenía que decidir si obedecía a Dios, que había comprobado su fidelidad, o si obedecía a los dioses locales, que solo eran ídolos hechos por los hombres. Es fácil caer en una rebelión silenciosa, siguiendo con nuestra vida a nuestra propia manera. Pero llega el momento en que tenemos que decidir quién o qué nos controlará. La elección es suya ¿Será Dios, su propia personalidad limitada u otro sustituto imperfecto? Una vez que ha decidido ser controlado por el Espíritu de Dios, debe reafirmar esta decisión todos los días.

24.15 Al declararse definitivamente del lado del Señor, Josué de nuevo demostró su calidad de líder espiritual. No importa lo que otros hubieran decidido, Josué tuvo que hacer un compromiso con Dios y estaba dispuesto a dar el ejemplo de vivir de acuerdo con esa decisión. La manera en que vivimos les demuestra a los demás la seriedad de nuestro compromiso para servir a Dios.

24.16-18, 21 Toda la gente de la nación proclamó valientemente que nunca abandonaría al Señor. Pero no cumplieron esa promesa. Muy pronto Dios les acusaría de violar su propio pacto con El (Jdg 2:2-3). Hablar es fácil. Es fácil decir que seguiremos a Dios, pero es más importante cumplirlo con nuestras vidas. Sin embargo, la nación siguió a Dios a lo largo de la vida de Josué, lo cual fue un gran tributo a la fe en Dios de Josué y su liderazgo poderoso.

24.23 Josué les mandó a los israelitas a desechar los dioses extranjeros o ídolos. Seguir a Dios exige la destrucción de cualquier cosa que impida nuestra adoración a El. Nosotros tenemos nuestra propia versión de ídolos en nuestras vidas -avaricia, prioridades equivocadas, celos, prejuicios- que impiden nuestra adoración a Dios. Dios no está satisfecho si simplemente escondemos estos ídolos. Tenemos que eliminarlos totalmente de nuestras vidas.

24.24-26 El pacto entre Israel y Dios era que el pueblo adoraría y obedecía sólo al Señor. El propósito de ellos era convertirse en una nación santa que tendría una influencia para Dios en el resto del mundo. La conquista de Canaán representaba un medio para lograr este propósito, pero Israel se preocupó por la tierra y perdió de vista a su Señor y Dios.
Lo mismo puede suceder en nuestras vidas. Podemos gastar tanto tiempo en los medios que nos olvidamos del fin que perseguimos: glorificar a Dios. Las iglesias también cometen este error. Por ejemplo, la congregación puede invertir todas sus energías en un nuevo edificio y volverse satisfechos de sí mismos o temerosos de dejar que otros grupos lo usen. Si esto sucede, se han concentrado en el edificio y han perdido de vista su propósito: traer a otros a Dios.

24.29-31 El libro de Josué comienza con un nuevo líder que recibe una tarea que parece imposible: poseer la tierra de Canaán. Al seguir a Dios muy de cerca, Josué guió al pueblo por medio de victorias militares y de una obediencia y fidelidad espiritual. En 24.16 leemos que el pueblo estaba seguro de que nunca abandonaría al Señor. La respuesta de toda la nación durante estos largos años es un tributo tanto al liderazgo de Josué como al Dios al cual sirvió con tanta fidelidad.

24.33 Josué y Eleazar habían muerto, pero no antes de exponerle al pueblo los fundamentos de lo que significa tener fe en Dios. Debemos temer y servir sólo al Señor (24.14). Esto se basa en una decisión: de obedecerle a El en lugar de seguir a otros ídolos (24.15). Somos incapaces, sin embargo, de adorarlo de manera apropiada a causa de nuestra rebelión y pecado (24.19). Al escoger a Dios como Señor entramos en un pacto con Dios (24.25) en el cual El promete no sólo perdonarnos y amarnos, sino también darnos el poder de su Espíritu para hacer su obra aquí en la tierra. También significa que debemos renunciar a los principios y costumbres de la cultura que nos rodea que se oponen al plan de Dios (24.23). Esto no lo debemos hacer solos sin apoyo, sino por medio de unirnos con otros que poseen nuestra misma fe en Dios. (Véase Deu 30:15-20 para un mensaje similar de Moisés.)
EL DISCURSO FINAL DE JOSUE :  Josué llamó a todos los israelitas a Siquem a oír sus palabras finales. Desafió al pueblo a hacer una decisión consciente de servirle a Dios siempre. Poco tiempo después, Josué murió y fue sepultado en la ciudad de Timnat-sera.


NOMBRES DE DIOS

 Elohim Dios Gen 1:1


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