martes, 29 de marzo de 2022

1SAMUEL 15

  • Saúl desobedece y es desechado


1SAMUEL 15





15.2-3 ¿Por qué ordenó Dios tan tremenda destrucción? Los amalecitas eran una banda de terroristas guerrilleros. Vivían de atacar a otras naciones para apoderarse de sus riquezas y sus familias. Fueron los primeros en atacar a los israelitas cuando estos entraron en la tierra prometida, y siguieron atacando los campos israelitas cada vez que tenían la oportunidad. Dios sabía que los israelitas nunca podrían vivir pacíficamente en la tierra prometida mientras existieran los amalecitas. También sabía que sus prácticas corruptas e idólatras amenazaban la relación de los israelitas con El. La única forma de proteger el alma y el cuerpo de los israelitas era destruir completamente a esa nación guerrera y todas sus posesiones, incluyendo sus ídolos.

15.9 Saúl y sus hombres no destruyeron todo el botín de guerra como lo ordenó Dios (15.3). La ley de dedicar algo -apartarlo- enteramente para la destrucción era bien conocida para los israelitas. Cualquier cosa que estuviera bajo la "prohibición" de Dios debía ser completamente destruido (Deu 20:16-18). Dios quería evitar que la idolatría invadiera a Israel, porque muchas de sus cosas de valor eran ídolos. El violar esta ley era castigado con la muerte (Josué 7). Mostraba falta de respeto y total desacato a Dios porque violaba directamente su mandamiento.
Cuando encubrimos el pecado para proteger lo que tenemos o para beneficiarnos materialmente, no estamos siendo listos, sino desobedeciendo la ley de Dios. La obediencia selectiva no es más que otra clase de desobediencia.

15.11 Cuando Dios dijo que se lamentaba por haber hecho rey a Saúl, ¿estaba diciendo que había cometido un error? El comentario de Dios fue una expresión de tristeza, no el reconocimiento de un error (Gen 6:5-7). Un Dios omnisciente no puede cometer errores; por lo tanto, Dios no cambió de parecer. Sin embargo, sí cambió de actitud hacia Saúl cuando Saúl cambió. El corazón de Saúl ya no pertenecía más a Dios, sino a sus propios intereses.

15.12 Saúl construyó un monumento a sí mismo. Qué contraste con Moisés y Josué, quienes le dieron el reconocimiento a Dios.

15.13, 14 Saúl pensó que había ganado una gran victoria sobre los amalecitas, pero Dios lo vio todo como un gran fracaso. Saúl lo había desobedecido y luego había mentido a Samuel acerca de los resultados de la batalla. Quizás Saúl pensó que su mentira no sería detectada, o que lo que había hecho no era malo. Saúl se engañaba a sí mismo.
La gente que no es veraz llega a creer las mentiras que lanza a su derredor. Después deja de ver la diferencia entre lo que es verdad y lo que es mentira. Al creer sus propias mentiras, se engaña a sí misma, se aísla de Dios y pierde credibilidad frente a los demás. A la larga, la verdad triunfa.

15.22, 23 Este es el primero de los numerosos lugares en la Biblia donde se repite el tema "obedecer es mejor que los sacrificios" (Psa 40:6-8; Psa 51:16-17; Pro 21:3; Isa 1:11-17; Jer 7:21-23; Hos 6:6; Mic 6:6-8; Mat 12:7; Mar 12:33; Heb 10:8-9). ¿Estaba diciendo Samuel que el sacrificio no tenía importancia? No, estaba exhortando a Saúl a que analizara las razones por las que hacía el sacrificio y no el sacrificio mismo. Un sacrificio era una transacción ritual entre el hombre y Dios que demostraba físicamente una relación entre ambos. Pero si el corazón de la persona no estaba completamente arrepentido o si no amaba verdaderamente a Dios, el sacrificio era un ritual vacío. Las ceremonias religiosas o los rituales son vacíos a menos que se lleven a cabo con una actitud de amor y obediencia. "Ser religioso" (ir a la iglesia, servir en una actividad, dar limosna) no basta si no practicamos nuestra devoción ni la obediencia a Dios.

15.23 La rebeldía y la obstinación son pecados graves. Son algo más que ser independientes y de carácter fuerte. Las Escrituras las compara con la adivinación (hechicería) y la idolatría, pecados que merecen la muerte (Exo 22:18; Lev 20:6; Deu 13:12-15; Deu 13:18-10; Mic 5:10-14).
Saúl se volvió rebelde y obstinado, y por lo tanto no nos sorprende que Dios finalmente lo haya rechazado y destituido de su trono. La rebeldía contra Dios es quizá el más serio de todos los pecados, porque en la medida que una persona se rebela, cierra la puerta al perdón y a la restauración ante Dios.

15.26 Las excusas de Saúl habían llegado al final. Era el momento de ajustar cuentas. Dios no estaba rechazando a Saúl como persona. El rey todavía podía buscar el perdón y restaurar su relación con Dios, pero ya era demasiado tarde para devolverle su reino. Si usted no es responsable con lo que Dios le ha confiado, a la larga se le agotarán las excusas. Todos nosotros algún día daremos cuenta de nuestros actos (Rom 14:12; Rev 22:12).

15.30 Saúl estaba más preocupado por el qué dirán que por el estado de sus relaciones con Dios (15.24). Le rogó a Samuel que lo acompañara a adorar como una demostración pública de que el profeta todavía lo apoyaba. Si Samuel le hubiera dicho que no, probablemente el pueblo hubiera perdido toda confianza en Saúl.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

JOB 21

Job afirma que los malos prosperan JOB 21 JES Job 21:1-34 21.1ss Job refutó la idea de Zofar de que los malos nunca tendrán riquezas y felic...