domingo, 27 de febrero de 2022

DEUTERONOMIO 6

  • El gran mandamiento
  • Exhortaciones a la obediencia


DEUTERONOMIO 6





6.3 Para una nación que había vagado cuarenta años en un árido desierto, una tierra de la que fluía leche y miel sonaba como un paraíso. Les traía a la mente cosechas abundantes, torrentes de agua, lluvias suaves y campos florecientes repletos de ganado. Los israelitas pudieron haber tenido todo eso cuarenta años antes. Números 13 y 14 explica cómo el pueblo perdió su oportunidad. Moisés quería ayudar a su pueblo a evitar el mismo error estimulando el apetito que tenían de una tierra hermosa y explicándoles las condiciones para entrar a la tierra.

6.4 El monoteísmo, o sea la creencia en un solo Dios, era una característica distintiva de la religión hebrea. Muchas religiones antiguas creían en muchos dioses. Pero el Dios de Abraham, Isaac y Jacob es el Dios de toda la tierra, el único verdadero Dios. Esto era importante para Israel, porque estaban a punto de entrar a una tierra llena de gente que creía en muchos dioses. Pero tanto en ese entonces como ahora, existe gente que prefiere depositar su confianza en muchos "dioses" diferentes. Pero el día viene cuando Dios será reconocido como el único. Será rey sobre toda la tierra (Zec 14:9).

6.4-9 Este pasaje proporciona el tema central de Deuteronomio. Establece un patrón que nos ayuda a relacionar la Palabra de Dios con nuestra vida diaria. Tenemos que amar a Dios, pensar constantemente en sus mandamientos, enseñar sus mandamientos a nuestros hijos y vivir cada día según los principios de su Palabra. Dios enfatiza la importancia de que los padres enseñen la Biblia a sus hijos. No se puede delegar esta responsabilidad a la iglesia y las escuelas cristianas. La Biblia ofrece tantas oportunidades para obtener lecciones objetivas y prácticas que sería una pena estudiarlas sólo un día a la semana. Las verdades eternas se aprenden de una forma más efectiva en el ambiente amoroso de un hogar donde se teme a Dios.
6.5 Jesús dijo que amar a Dios con todo nuestro ser es el más grande de los mandamientos (Mat 22:37-39). Esta orden, combinada con la de amar al prójimo (Lev 19:18), condensa todas las demás leyes del Antiguo Testamento.

6.7 Los hebreos fueron y triunfaron en cuanto a hacer de la religión una parte integral de su vida. El éxito estuvo en que la educación religiosa estuviera orientada a enseñar a vivir, no a informar. Utilizaban el contexto de la vida diaria para enseñar acerca de Dios. La clave para enseñar a sus hijos a amar a Dios se describe simple y claramente en estos versículos. Si usted quiere que sus hijos sigan a Dios, debe hacer de Dios una parte de sus experiencias diarias. Debe enseñar a sus hijos con diligencia a ver a Dios en todos los aspectos de la vida, no sólo en aquellos que están relacionados con la iglesia.

6.10-13 Moisés advirtió al pueblo que no olvidaran a Dios cuando entraran a la tierra prometida y fueran prósperos. La prosperidad, más que la pobreza, puede nublar nuestra visión espiritual, porque tiende a hacernos autosuficientes y deseosos de adquirir aún más de todo, pero no más de Dios. Lo mismo puede suceder en nuestra iglesia. Una vez que triunfamos en términos de números, programas y edificios, fácilmente podemos llegar a ser autosuficientes y menos sensibles a nuestra necesidad de Dios. Esto nos lleva a concentrarnos en la autopreservación más que en la gratitud y el servicio a Dios.

6.24 ¿Acaso significa la frase "para que nos vaya bien" que cuando obedezcamos a Dios podemos esperar solo prosperidad y no sufrimientos? Lo que se promete aquí es una relación correcta con Dios para aquellos que lo aman de todo corazón. Entonces este versículo habla de una buena relación con Dios y del beneficio definitivo de conocerlo a El. No es un manto de protección contra la pobreza, la adversidad y el sufrimiento. Podemos tener esta relación correcta con Dios al obedecer su mandamiento de amarlo con todo lo que somos.

PELIGRO EN LA ABUNDANCIA
"Y luego que comas y te sacies, cuídate de no olvidarte de Jehová" (Deu 6:11-12). A menudo es más difícil seguir a Dios cuando la vida es fácil. Podemos caer presas de la tentación y apartarnos de Dios. Aquí hay algunos ejemplos notables de esta verdad.
Adán:  Génesis 3  Adán vivía en una creación perfecta y tenía una relación perfecta con Dios. Sus necesidades estaban satisfechas; lo tenía todo. Pero cayó en el engaño de Satanás.
Noé:  Génesis 9  Noé y su familia habían sobrevivido al diluvio y el mundo entero era de ellos. Eran prósperos y la vida les era fácil. Noé se avergonzó por haberse emborrachado y maldijo a su hijo Cam.
La nación de Israel:  Jueces 2  Dios le había dado a Israel la tierra prometida. Al fin descansaban de tanto peregrinar. Pero tan pronto como murió el valiente y fiel Josué, cayeron en las prácticas idólatras de los cananeos.
David:  2 Samuel 11  David gobernó bien e Israel fue una nación dominante política, económica y militarmente. En medio de la prosperidad y del éxito, cometió adulterio con Betsabé y mandó a matar a Urías su esposo.
Salomón:  1 Reyes 11  Salomón realmente lo tenía todo: poder, riqueza, fama y sabiduría. Pero su misma abundancia fue la causa de su caída. Amaba tanto a sus esposas paganas e idólatras que permitió que Israel y aún él mismo copiaran sus detestables ritos religiosos.


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