viernes, 3 de diciembre de 2021

GALATAS 5

  • Estad firmes en la libertad
  • Las obras de la carne y el fruto del Espíritu





5.1 Cristo murió para libertarnos del pecado y de una lista interminable de leyes y regulaciones. Cristo vino para liberarnos, no para hacer lo que queramos, lo que nos llevaría nuevamente a la esclavitud de nuestros deseos egoístas. Si no que, gracias a Cristo, somos libres y ahora estamos en condiciones de hacer lo que antes era imposible: vivir libre del egoísmo. Aquellos que apelan a su libertad para hacer lo que gusten o ser indulgentes con sus deseos, están cayendo en las garras del pecado. ¿Usa su libertad para sí mismo o en favor de otros?

5.2-4 Procurar ser salvos por guardar la ley y ser salvos por gracia son dos formas diferentes de acceso. "De nada os aprovechará Cristo" significa que la provisión de Cristo para nuestra salvación no servirá de nada si procuramos salvarnos a nosotros mismos. Obedecer la ley no le hace las cosas más fáciles a Dios para salvarnos. Todo lo que podemos hacer es aceptar su regalo de gracia por medio de la fe. Nuestras obras de servicio nunca pueden ser utilizadas para tratar de ganar el amor de Dios o su favor.

5.3, 4 La circuncisión era un símbolo que indicaba el origen adecuado y que se hacía todo lo que la religión requiere. Ninguna cantidad de trabajo, disciplina o conducta moral puede salvarnos. Si una persona contaba con encontrar el favor de Dios por medio de la circuncisión, debería también obedecer el resto de todas las leyes de Dios. Si tratamos de salvarnos a nosotros mismos guardando todas las leyes de Dios sólo nos separaremos más de El.

5.6 Somos salvos por la fe, no por las obras. Por lo tanto, el amor por otros y por Dios son la respuesta de aquellos que han sido perdonados. El perdón de Dios es completo y Jesús dice que aquellos que han sido perdonados mucho amarán mucho más (Luk 7:47). Ya que la fe se expresa a través del amor, usted puede examinar su amor por otros que actúa como reflejo de su fe.

5.9 Una pequeña porción de levadura hace que toda la masa se leude. Sólo hace falta una persona mala para infectar a los demás.

5.11 La persecución probó que Pablo estaba predicando el evangelio. Si él hubiera predicado lo que los falsos maestros predicaban, nadie se hubiera sentido ofendido; pero como él enseñó la verdad, fue perseguido tanto por judíos como por los judaizantes. ¿Tiene amigos o seres queridos que lo rechazan porque está a favor de Cristo? Jesús dijo que no debiéramos sorprendernos si el mundo nos aborrecía, porque también lo aborrecieron a El (Joh 15:18-19). Así como Pablo fielmente siguió proclamando el mensaje de Jesucristo, siga cumpliendo con lo que Dios le ha encargado hacer, aun a pesar de los obstáculos que otros pudieran poner en su camino.

5.13 Pablo hizo una distinción entre la libertad para pecar y libertad para servir. La libertad para pecar no es libertad, porque nos esclaviza a Satanás, a otros o a nuestra propia naturaleza pecaminosa. Los cristianos, por el contrario, no debieran ser esclavos del pecado porque tienen la libertad para hacer lo correcto y glorificar a Dios por medio del servicio amoroso a otros.

5.14, 15 Cuando no estamos motivados por el amor, nos convertimos en críticos de otros. Dejamos de buscar lo bueno en los otros y vemos sólo faltas. Muy pronto la unidad de los creyentes se rompe. ¿Ha hablado usted a espaldas de alguien? ¿Ha enfatizado en otros las debilidades antes que sus lados fuertes? Tenga presente el mandato de Jesús de amar a otros de la manera que se ama usted (Mat 22:39). Cuando note que se ha convertido en crítico de alguien, haga una lista de las cualidades positivas de esa persona. Y no diga nada a sus espaldas, si no estuviera dispuesto a decírselo en amor frente a frente.

5.16-18 Si sus deseos lo guían a las cualidades mencionadas en 5.22, 23 entonces usted puede deducir que el Espíritu Santo lo está guiando. Al mismo tiempo, debe tener cuidado en no confundir sus sentimientos con la dirección del Espíritu Santo. El ser guiados por el Espíritu Santo involucra el deseo de oír, predisposición para obedecer y la sensibilidad para discernir entre sus sentimientos y su diligencia para actuar. Que el Espíritu Santo guíe y controle su vida cada día. Luego las palabras de Cristo estarán en su mente, el amor de Cristo estará en sus acciones y el poder de Cristo lo ayudará a controlar sus deseos egoístas.

5.17 Pablo describe las dos fuerzas conflictivas en nosotros: el Espíritu Santo y la naturaleza pecaminosa (nuestros malos deseos o inclinaciones al mal, véase también 5.16, 19, 24). Pablo no dice que estas fuerzas sean iguales. El Espíritu Santo es mucho más fuerte, pero si nosotros dependemos de nuestra propia sabiduría tomaremos decisiones equivocadas. Si tratamos de seguir al Espíritu Santo en nuestro propio esfuerzo humano, fallaremos. Nuestra única vía a la libertad de nuestros deseos naturales hacia el mal es por medio del poder del Espíritu Santo (véanse Rom 8:39, Eph 4:23-24; Col 3:3-8).

5.19-21 Todos tenemos deseos naturales hacia el mal y no los podemos ignorar. A fin de seguir la guía del Espíritu Santo debemos enfrentarlos con decisión (crucificarlos, 5.24). Estos deseos incluyen pecados obvios tales como inmoralidad sexual y hechicería. También incluyen pecados menos obvios como la ambición, el odio y los celos. El ignorar nuestros pecados o rehusar enfrentarlos revela que no hemos recibido el don del Espíritu que guía y transforma nuestra vida.

5.22, 23 El fruto del Espíritu es la obra espontánea del Espíritu Santo en nosotros. El Espíritu produce estos rasgos del carácter que se encuentran en la naturaleza de Cristo. Ellos son el producto del control de Cristo, no podemos obtenerlo por tratar de llevarlos sin su ayuda. Si queremos que el fruto del Espíritu se desarrolle en nuestras vidas, debemos unir nuestra vida a la de El (véase Joh 15:4-5); debemos conocerlo, amarlo, recordarlo, imitarlo. El resultado será que cumpliremos con el propósito proyectado de la ley: amar a Dios y al prójimo. ¿Cuál de estas cualidades deseas que el Espíritu produzca en tu vida?

5.23 Debido a que el mismo Dios que envió la ley también envió al Espíritu, el resultado de una vida llena del Espíritu estará en armonía perfecta con la intención de la ley de Dios. Una persona que abunda con el fruto del Espíritu cumple la ley mucho mejor que una persona que observa los rituales y que tiene muy poco amor en su corazón.

5.24 Si queremos aceptar a Cristo como Salvador, debemos apartarnos de nuestro pecado y clavar voluntariamente nuestros malos deseos naturales a la cruz. Esto no significa, sin embargo, que nunca más volveremos a ver rasgos de estos deseos nuevamente. Como cristianos todavía tenemos la capacidad para pecar pero hemos sido liberados del poder del pecado y no debemos dejarnos dominar por él. Cada día debemos entregarle nuestras tendencias pecaminosas a Dios y a su control, clavándolas en la cruz de Cristo, y momento a momento aspirar el poder del Espíritu para sobreponernos a ellas (véanse 2.20; 6.14).

5.25 Dios está interesado en cada parte de nuestras vidas, no sólo espiritual. Al vivir por el poder del Espíritu Santo, debemos rendir cada aspecto de nuestra vida a Dios: emocional, física, social, intelectual, vocacional. Pablo dice: ¡Eres salvo, por lo tanto, vive de acuerdo a esta realidad! El Espíritu Santo es la fuente de su nueva vida, de modo que camine con El. No permita que nada o nadie más determine sus valores y normas en cualquier área de su vida.

5.26 Todos necesitamos cierta medida de aprobación de otros, pero aquellos que se apartan de la senda de Dios, en busca de honores o para ganar popularidad, muestran que no son guiados por el Espíritu Santo. Aquellos que esperan la aprobación de Dios no necesitarán envidiar a otros. Por ser hijos e hijas de Dios, tenemos su Espíritu Santo como la garantía amorosa de su aprobación.

 VICIOS Y VIRTUDES
La Biblia menciona muchas acciones y actitudes específicas que pueden ser correctas o incorrectas. Véase la lista que se da. ¿Hay muchas características de la columna errada que están influenciando en usted?
VICIOS (Pasando por alto a Dios y a otros)
Inmoralidad sexual (Gálatas 5.19)
Lascivia (Gálatas 5.19)
Impureza (Colosenses 3.5)
Enemistad (Gálatas 5.20)
Pleito (Gálatas 5.20)
Celo (Gálatas 5.20)
Ira (Gálatas 5.20)
Contienda (Gálatas 5.20)
Disensión (Gálatas 5.20)
Herejía (Gálatas 5.20)
Soberbia (2 Corintios 12.20)
Envidia (Gálatas 5.21)
Homicidio (Gálatas 5.21; Apocalipsis 22.12-16)
Idolatría (Gálatas 5.20; Efesios 5.5)
Hechicería (Gálatas 5.20)
Borrachera (Gálatas 5.21)
Orgías (Gálatas 5.21)
Agravio (1 Corintios 6.8)
Adulterio (1 Corintios 6.9, 10)
Homosexualidad (1 Corintios 6.9, 10)
Avaricia (1 Corintios 6.9, 10; Efesios 5.5)
Robo (1 Corintios 6.9, 10)
Mentira (Apocalipsis 22.12-16)
VIRTUDES (El resultado de vivir para Dios)
Amor (Gal 5:22)
Gozo (Gal 5:22)
Paz (Gal 5:22)
Paciencia (Gal 5:22)
Benignidad (Gal 5:22)
Bondad (Gal 5:22)
Fe (Gal 5:22)
Mansedumbre (Gal 5:23)
Templanza (Gal 5:23)


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