lunes, 6 de diciembre de 2021

FILIPENSES 3

  • Prosigo al blanco






3.1 Como protector, Pablo hace una revisión de lo básico con estos creyentes. La Biblia es nuestra salvaguardia tanto en lo moral como en lo teológico. Cuando la leemos en forma particular y pública en la iglesia, ella corrige lo que necesitan nuestros pensamientos, actitudes y acciones.

3.2, 3 Estos "perros" y "malos obreros" eran como los judaizantes cristianos judíos, que creían erróneamente que era esencial para los gentiles cumplir con todas las leyes judías del Antiguo Testamento, especialmente lo relacionado con el rito de la circuncisión, para poder obtener la salvación. Muchos judaizantes estaban motivados por el orgullo espiritual. Como habían invertido mucho tiempo y esfuerzo en cumplir sus leyes, no podían aceptar que todos sus esfuerzos no les ayudaban a acercarse, ni un paso, a la salvación.
Pablo los criticó porque miraban el cristianismo al revés, pensando que lo que ellos hacían (la circuncisión, cortar o mutilar la carne) los hacía más creyentes que el regalo de gracia dado por Cristo. Lo que los creyentes hacen es el resultado de la fe, no un prerrequisito para la fe. Esto fue confirmado por los líderes de la iglesia primitiva en el concilio de Jerusalén once años antes (Hechos 15). ¿Quiénes son los judaizantes en nuestros días? Son aquellos que dicen que debe agregarse algo a la fe. Ninguna persona debe intentar agregar algo al ofrecimiento de salvación de Cristo, que es por gracia por medio de la fe.

3.2, 3 Es fácil enfatizar más en los esfuerzos religiosos ("confianza en la carne") que en la fe interna, pero Dios da valor a la actitud de nuestros corazones por encima de todo. No juzgue a las personas y su espiritualidad por el cumplimiento de ritos o el nivel de actividad humana. Y no piense que logrará satisfacer a Dios por el fervor con que hace su trabajo. Dios se da cuenta de lo que usted hace para El y lo premiará por eso, pero solo si primero acepta en amor su regalo de salvación.

3.4-6 A primera vista, parece que Pablo alardeaba con sus logros. Pero es todo lo contrario, muestra que los logros humanos, pese a lo significativos que sean, no permiten obtener la salvación personal y la vida eterna con Dios. Pablo tenía cartas de presentación impresionantes: formación, nacionalidad, trasfondo familiar, herencia, ortodoxia, actividad y moralidad. (Si desea más información sobre las credenciales, véanse 2 Corintios 11; Gal 1:13, Gal 1:24.) Sin embargo, su conversión a la fe en Cristo (Hechos 9), no se basó en sus credenciales, sino en la gracia de Dios. Pablo no dependía de sus obras para agradar a Dios, porque aun las credenciales más impresionantes no son suficientes ante las normas de un Dios santo. ¿Está usted dependiendo de sus padres cristianos, su afiliación a una iglesia, o simplemente de lo bueno que es, para quedar bien con Dios? Cartas credenciales, logros o reputación no nos sirven para obtener la salvación. Esta viene solo a través de la fe en Cristo.

3.5 Pablo pertenecía a la tribu de Benjamín, una herencia muy estimada entre los judíos. De esta tribu vino el primer rey de Israel, Saúl (1Sa 10:20-24). Las tribus de Benjamín y Judá fueron las únicas que regresaron a Israel después del cautiverio (Ezr 4:1). Pablo también era fariseo, miembro de una secta judía muy devota, que guardaba escrupulosamente sus numerosas reglas en adición a las leyes de Moisés. Los oyentes judíos debieron sentirse impresionados por todas esas credenciales.

3.6 ¿Por qué Pablo, un líder judío devoto, persiguió a la iglesia? En armonía con los líderes del sistema religioso, Pablo pensó que el cristianismo era herético y blasfemo. Como Jesús no satisfizo sus expectativas de cómo sería el Mesías, Pablo creyó que las declaraciones de El eran falsas, y por lo tanto perversas. Además, vio al cristianismo como una política amenazadora porque pretendía trastornar la frágil armonía entre los judíos y el gobierno romano.

3.7 Cuando Pablo habló de su "ganancia", se refería a sus credenciales, estudios y éxitos. Después de mostrar que podía superar a los judaizantes en su propio juego (por el orgullo de lo que era y de lo que había conseguido), les indica que están en el juego equivocado. Tenga cuidado al considerar sus logros del pasado tan importantes que lo aparten de su relación con Cristo.

3.8 Después que Pablo consideró todo lo que había logrado en la vida, manifiesta que nada de eso tenía valor, cuando se comparaba con el conocimiento de Cristo. Esta es una declaración profunda acerca de los valores: la relación de una persona con Cristo es más importante que cualquier otra cosa. Conocer a Cristo debe ser nuestra meta final. Considere sus valores. ¿Hay algo más importante que su relación con Cristo? Si sus prioridades están equivocadas, ¿cómo puede reordenarlas?

3.9 Ni guardar la ley, ni el mejoramiento personal, la disciplina ni ninguna cantidad de esfuerzos religiosos pueden hacernos perfectos delante de Dios. La justificación viene solo de El. Somos hechos justos (recibir la justicia al permanecer con El) al confiar en Cristo. El cambia nuestros pecado y nuestras faltas por su completa justicia. Véase 2Co 5:21 para más detalles sobre el regalo de la justificación en Cristo.

3.9, 10 Pablo entrega todo, familia, amistades y libertad, a fin de conocer a Cristo y el poder que lo resucitó. También nosotros tenemos acceso a ese conocimiento y a ese poder, pero es necesario hacer algunos sacrificios para disfrutarlos. ¿Qué está dispuesto a dar a fin de conocer a Cristo? ¿Una agenda repleta a fin de dedicar unos pocos minutos cada día para orar y estudiar la Biblia? ¿La aprobación de sus amigos? ¿Algunos de sus planes o placeres? Sea lo que sea, conocer a Cristo es más valioso que el sacrificio.

3.10 Cuando nos unimos a Cristo confiando en El, experimentamos el poder que lo resucitó de la muerte. Ese mismo poder maravilloso nos ayudará a vivir moralmente, renovará y regenerará nuestras vidas. Pero antes de que caminemos en nueva vida debemos morir al pecado. Así como la resurrección de Cristo nos da el poder de Cristo para vivir para El, su crucifixión señala la muerte de nuestra vieja naturaleza pecadora. No podemos conocer la victoria de la resurrección sin usar personalmente la crucifixión.

3.11 Cuando Pablo escribió: "Si en alguna manera llegase a la resurrección" no estaba sugiriendo alguna duda o incertidumbre. El no sabía el camino que lo llevaría a la presencia de Dios: ejecución o muerte natural. Pablo no dudó que resucitaría, pero si sabía que esto se lograría por el poder de Dios y no por el suyo.

3.11 Así como Cristo fue exaltado después de su resurrección, un día compartiremos la gloria de El (Rev 22:1-7). Pablo sabía que podría morir pronto, pero tenía fe en que resucitaría a la vida otra vez.

3.12-14 Pablo dice que su meta era conocer a Cristo, ser como El, y ser todo lo que Cristo pensaba en cuanto a él. Esta meta absorbió todas sus energías. Esto es un ejemplo valioso para nosotros. No debiéramos permitir que nada aparte la meta de nuestros ojos: conocer a Cristo. Con la concentración de un atleta en entrenamiento, debemos poner a un lado todo lo que es perjudicial y olvidarnos aun de las cosas buenas que podrían distraernos e impedir que seamos cristianos efectivos. ¿Qué lo retiene?

3.13, 14 Pablo tenía razón para olvidar lo que estaba atrás: él cuidó la ropa de los que apedrearon a Esteban, el primer mártir cristiano (Act 7:57-58; aquí Pablo es llamado Saulo). Todos hemos hecho cosas de las que nos avergonzamos y vivimos en la tensión de lo que hemos sido y de lo que queremos ser. Como nuestra esperanza está en Cristo, sin embargo, podemos olvidar la culpa pasada y proyectarnos a lo que El nos ayudará a ser. No se estanque en su pasado. Más bien, crezca en el conocimiento de Dios, concentrándose en su relación con El ahora. Sepa que ha sido perdonado, y muévase en dirección a una vida de fe y obediencia. Proyéctese hacia una vida plena y de mayor significado gracias a su esperanza en Cristo.

3.15, 16 Algunas veces tratar de vivir una perfecta vida cristiana puede ser tan dificultoso que nos puede agotar y desanimar. Podemos sentirnos tan lejos de lo perfecto, que nunca agradaremos a Dios con nuestras vidas. Pablo usó el término perfecto (3.12), para significar maduro o completo, no intachable en cada detalle. Aquellos que son maduros deberían perseverar en el poder del Espíritu Santo, sabiendo que Cristo revelará y llenará cualquier discrepancia entre lo que somos y lo que deberíamos ser. Esta provisión de Cristo no es una excusa para una devoción pobre, pero provee alivio y confianza para aquellos que se sienten apremiados.

3.16 La madurez cristiana implica actuar en base a la guía que usted ya ha recibido. Siempre podemos excusarnos diciendo que todavía tenemos mucho por aprender. La instrucción para nosotros es vivir de acuerdo con lo que ya conocemos y dejar aquello que ya aprendimos que no debemos hacer. No nos conviene distraernos con una búsqueda interminable de la verdad.

3.17 Pablo desafió a los filipenses a buscar la semejanza a Cristo, invitándolos a que siguieran su ejemplo. Esto no significaba, naturalmente, que debían copiar cada cosa que él hacía; él ya había establecido que no era perfecto (3.12). Quiso darles a entender que así como su vida estaba centrada en Cristo, la de ellos también debería estarlo. Da la impresión de que ninguno de los evangelios había sido aún escrito, de manera que Pablo no podía decirles que leyeran la Biblia para ver cómo era Cristo. Por tanto, los exhorta a que lo imiten. Que Pablo pudiera decir a la gente que siguieran su ejemplo es un testimonio de su carácter. ¿Puede usted hacer lo mismo? ¿Qué clase de seguidor sería un cristiano nuevo si lo imitara a usted?

3.17 Pablo desafió a los filipenses a buscar la semejanza a Cristo, invitándolos a que siguieran su ejemplo. Esto no significaba, naturalmente, que debían copiar cada cosa que él hacía; él ya había establecido que no era perfecto (3.12). Quiso darles a entender que así como su vida estaba centrada en Cristo, la de ellos también debería estarlo. Da la impresión de que ninguno de los evangelios había sido aún escrito, de manera que Pablo no podía decirles que leyeran la Biblia para ver cómo era Cristo. Por tanto, los exhorta a que lo imiten. Que Pablo pudiera decir a la gente que siguieran su ejemplo es un testimonio de su carácter. ¿Puede usted hacer lo mismo? ¿Qué clase de seguidor sería un cristiano nuevo si lo imitara a usted?

3.17-21 Pablo criticó no solo a los judaizantes (véase la primera nota a 3.2, 3), sino también a los cristianos autoindulgentes. Estas son personas que afirman ser cristianos pero no viven de acuerdo al modelo de Cristo, en cuanto a su servicio y sacrificio. Satisfacen sus propios deseos, aun pensando en las necesidades de otros. La libertad en Cristo no significa libertad para ser egoísta. Significa oportunidad para servir y llegar a ser la mejor persona que usted puede ser.

3.20 Los ciudadanos de Filipos tenían los mismos derechos y privilegios que los de Roma porque Filipos era una colonia romana. De igual manera los cristianos experimentaremos un día todos los privilegios especiales de nuestra ciudadanía celestial porque pertenecemos a Cristo. No nos apeguemos tanto a esta vida que lleguemos a lamentar el regreso de Cristo.

3.21 El "cuerpo de la humillación" no representa una actitud negativa hacia el cuerpo humano. Sin embargo, el cuerpo que recibiremos cuando resucitemos será similar al cuerpo resucitado de Cristo. Aquellos que lucharon contra el dolor, las limitaciones físicas o la incapacidad pueden tener una maravillosa esperanza en la resurrección. Para ampliar esta información véanse 1Co 15:35ss y 2Co 5:1-10.

 TRES NIVELES DE PERFECCION

1. Relación perfecta
Somos perfectos debido a nuestra eterna unión con el infinitamente perfecto Cristo. Cuando nos convertimos en sus hijos, somos declarados "no culpables", en otras palabras justos, gracias a lo que Cristo, el Hijo amado de Dios, hizo por nosotros. Esta perfección es absoluta e invariable, y es esta relación perfecta la que nos garantiza que un día seremos "completamente perfectos" (abajo). Véanse Col 2:8-10; Heb 10:8-14.

2. Progreso perfecto
Podemos crecer y madurar espiritualmente a medida que continuemos confiando en Cristo, aprendamos más acerca de El, nos acerquemos más a El, y le obedezcamos. Nuestro progreso es variable (en contraste con nuestra relación, arriba), porque depende de nuestro caminar cotidiano, hay veces en que maduramos más que otras. Pero estamos creciendo hacia la perfección si proseguimos esforzándonos para lograrla (Phi 3:12). Estas obras buenas no nos perfeccionan, sino que en la medida que Dios nos perfecciona hacemos obras buenas para El. Véase Phi 3:1-15.

3. Perfectos totalmente
Cuando Cristo vuelva para llevarnos a su reino eterno, seremos glorificados y hechos completamente perfectos. Véase Phi 3:20-21.

Todas las fases de la perfección están fundadas en la fe en Cristo y en lo que hizo, no en lo que podamos hacer para El. No podemos perfeccionarnos a nosotros mismos; solo Dios puede obrar en y por medio de nosotros hasta que su buena obra quede perfeccionada en el día en que Jesucristo regrese (1.6).

 PREPARACION PARA LA VIDA CRISTIANA
Así como se necesita mucha preparación para las actividades atléticas, debemos prepararnos con diligencia para la vida cristiana. Tal preparación demanda tiempo, dedicación, energía, práctica constante y visión. Debemos dedicarnos a la vida cristiana, pero antes debemos conocer las reglas prescritas en la Palabra de Dios (2Ti 2:5).

1Co 9:24-27- Carrera
Abstenerse de muchas cosas para lograr el premio.
Nos preparamos para emprender la carrera de la vida. Ponemos nuestros ojos en Cristo, la meta, para no desviarnos a un lado ni desfallecer. Cuando lo hagamos, ganaremos un premio en el reino de Cristo.

Filipenses 3.13, 14 - Carrera
Concentrar todas las energías en ganar la carrera.
Vivir la vida cristiana exige todas nuestras energías. Podemos olvidar el pasado y extendernos a la meta porque sabemos que Cristo nos ha prometido la vida eterna con El cuando termine la carrera.

1Ti 4:7-10- Ejercicios
Ejercicios espirituales ayudarán en su crecimiento, en fe y carácter.
Así como debemos repetir los ejercicios para dar forma a nuestros cuerpos, debemos repetir los ejercicios espirituales a fin de ser espiritualmente aptos. Al hacerlo, seremos mejores cristianos y viviremos de acuerdo a la voluntad de Dios. Ese tipo de vida atraerá a otros a Cristo y pagará dividendos en esta vida y en la otra.

2 Timoteo 4.7, 8 - Pelear carrera
Pelear la buena carrera y perseverar hasta el fin.
La vida cristiana es una batalla contra las fuerzas de maldad externas y las tentaciones internas. Si permanecemos fieles en ellas, Dios nos promete un final, un descanso y una corona.



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