lunes, 6 de diciembre de 2021

FILIPENSES 2

  • Humillación y exaltación de Cristo
  • Luminares en el mundo
  • Timoteo y Epafrodito





2.1-5 Muchas personas, incluso cristianos, viven solo para dar una buena impresión a los demás o para satisfacerse a sí mismas. Pero la "contienda o vanagloria" trae discordias. Pablo, sin embargo, enfatiza la unidad espiritual, pidiendo a los filipenses amarse unos a otros y trabajar juntos con un corazón y un propósito. Cuando trabajamos juntos, soportando los problemas de otros como si fueran nuestros, demostramos el ejemplo de Cristo que pone primero a los demás y experimentamos la unidad. No se concentre en dejar una buena impresión o en satisfacerse a sí mismo de modo que afecte su relación con otros en la familia de Dios.

2.3 La ambición puede arruinar una iglesia, pero la humildad genuina puede edificarla. Ser humilde significa tener una clara perspectiva de nosotros mismo (véase Rom 12:3). Esto no significa que debamos derrumbarnos. Ante Dios somos pecadores, salvos solo por la gracia de Dios; pero somos salvos y por lo tanto, tenemos gran valor en el reino de Dios. Debemos apartar el egoísmo y tratar a los demás con respeto y cortesía. Considerar los intereses de los otros como más importantes que los nuestros nos une a Cristo, que fue el verdadero ejemplo de humildad.

2.4 Filipos era una ciudad cosmopolita. La composición de la iglesia reflejaba gran diversidad, con una variedad de personas, con trasfondo y formas de vida diferentes. Hechos 16 nos da algunas indicaciones de este diverso conjunto de la iglesia. Esta incluía a Lidia, una convertida judía de Asia y próspera mujer de negocios (Act 16:14), la muchacha esclava (Act 16:16-17), probablemente nativa de Grecia; y el carcelero que servía en esta colonia del imperio, tal vez romano (Act 16:25-36). Con tantos diferentes trasfondos entre sus miembros, debió haber sido difícil mantener la unidad. Aunque no hay evidencias de una división notable en la iglesia, la unidad fue protegida (Act 3:2; Act 4:2). Pablo nos anima a estar alertas contra cualquier egoísmo, prejuicio o celo que pueda conducir a una disensión. Mostrar interés genuino en otros es una manera positiva de mantener la unidad entre los creyentes.

2.5 Jesucristo era humilde, dispuesto a negar sus derechos, a fin de obedecer a Dios y servir a la gente. Como Cristo, debemos tener una actitud de siervo y servir por amor a Dios y a los demás, no por temor o sentimientos de culpa. Recuerde, usted puede elegir su actitud. Puede acercarse esperando ser servido o puede buscar la oportunidad de servir a otros. Véase Mar 10:45 para profundizar más en la actitud cristiana de siervo.

2.5-7 La encarnación fue el acto de preexistencia del Hijo de Dios, que voluntariamente adoptó un cuerpo y una naturaleza humanos. Sin dejar de ser Dios, se convirtió en un ser humano, el hombre llamado Jesús. No renunció a su deidad para convertirse en humano, sino que dejó a un lado el derecho a su gloria y su poder. En sumisión a la voluntad del Padre, limitó su poder y su conocimiento. Jesús de Nazaret estaba sujeto a lugar, tiempo y a muchas otras limitaciones humanas. Lo que hizo única su humanidad fue su libertad del pecado. En su completa humanidad, Jesús nos mostró todo lo que puede expresarse, en términos humanos, relacionado al carácter de Dios. La encarnación es explicada con amplitud en estos pasajes: Joh 1:1-14; Rom 1:2-5; 2Co 8:9; 1Ti 3:16, Heb 2:14 y 1Jo 1:1-3.

2.5-11 Estos versículos son quizás de un himno que se cantaba en la iglesia primitiva. El pasaje presenta varios paralelos con la profecía del siervo sufriente en Isaías 53. Como himno, no significa que fuera una declaración completa de la naturaleza y obra de Cristo. Sin embargo, varias características clave de Jesucristo se deducen de este pasaje: (1) existió siempre con Dios; (2) es igual a Dios porque es Dios (Joh 1:1ss; Col 1:15-19); (3) aunque es Dios, se convirtió en hombre para cumplir el plan divino de salvación para la gente; (4) no solo tenía apariencia de hombre, en realidad se convirtió en hombre para identificarse con nuestros pecados; (5) voluntariamente se despojó de sus derechos divinos, privilegios y posición, más allá del amor de su Padre; (6) murió en la cruz por nuestros pecados, para que no tuviéramos que enfrentar la muerte eterna; (7) Dios lo glorificó por su obediencia; (8) Dios lo levantó a su posición original a la diestra del Padre, desde donde reinará por siempre como nuestro Señor y Juez. ¿Qué podemos hacer menos que adorarle y consagrar nuestras vidas a su servicio?

2.5-11 Con frecuencia la gente excusa su egoísmo, orgullo o maldad, reclamando sus "derechos". Piensan: "Puedo hacer trampa en este examen, después de todo merezco pasar de grado" o "Puedo gastar todo este dinero, para eso trabajo", o "Puedo abortar, tengo derecho a controlar mi propio cuerpo". Pero como creyentes debemos tener una actitud diferente, que nos permita poner a un lado nuestros derechos por el bien de los demás, a fin de servirles. Si decimos que seguimos a Cristo, también debemos decir que queremos vivir como El vivió. Debemos desarrollar su actitud humilde, aunque no recibamos reconocimiento por nuestro esfuerzo. ¿Se aferra usted a sus derechos en forma egoísta o está dispuesto a servir?

2.8 La muerte en la cruz (crucifixión) era la forma de castigo capital que los romanos usaban contra los criminales notorios. Era sumamente dolorosa, humillante. Los prisioneros eran clavados o atados a la cruz y abandonados hasta morir. La muerte podía prolongarse por varios días y por lo general venía por sofocación, cuando el peso del cuerpo debilitado hacía cada vez más y más dificultosa la respiración. Jesús murió como un maldito (Gal 3:13). ¡Qué admirable es pensar que el hombre perfecto debió morir en la forma más vergonzosa, para que no tengamos que enfrentar el castigo eterno!

2.9-11 En el juicio final, aun aquellos que sean condenados reconocerán la autoridad de Jesús y su derecho a gobernar. La gente puede escoger ahora a Jesús como Señor como un paso de amor y compromiso voluntario, o ser forzados a reconocerlo como Señor cuando regrese. Cristo puede regresar en cualquier momento. ¿Está preparado para recibirlo?

2.12 "Por tanto" une este versículo a la sección anterior. "Ocupaos en vuestra salvación", a la luz de la exhortación precedente sobre la unidad, puede significar que toda la iglesia trabajó unida para deshacerse de las divisiones y las discordias. Los cristianos filipenses necesitaban ser cuidadosos en su obediencia a Cristo, ahora que Pablo ya no estaba con ellos para recordarles continuamente lo que era correcto. Nosotros también debemos tener cuidado con lo que creemos y con nuestra manera de vivir, sobre todo cuando estamos por nuestra propia cuenta. En ausencia de líderes protectores, debemos poner nuestra atención y devoción, mucho más, en Cristo, de manera que no nos apartemos.

2.13 ¿Qué debemos hacer cuando no sentimos obedecer? Dios no nos ha dejado solos en nuestros conflictos para hacer su voluntad. El quiere venir a nuestro lado y estar con nosotros para ayudarnos. El nos ayuda a querer obedecerle y luego nos da el poder para hacerlo. El secreto para cambiar nuestras vidas es someternos a su control y dejarle actuar en nosotros. La próxima vez pídale a Dios que le ayude a querer hacer su voluntad.

2.13 Para ser como Cristo, debemos condicionarnos a pensar como El. Para cambiar nuestros deseos, a fin de que sean como los de Cristo, necesitamos el poder de la presencia del Espíritu (1.19), la influencia de cristianos fieles, la obediencia a la Palabra de Dios (no solo estar expuesta a ella) y el servicio sacrificial. Con frecuencia, es en el hacer la voluntad de Dios que ganaremos el desear hacerla (véase 4.8, 9). Haga lo que El desea y confíe en que cambiará sus deseos.

2.14-16 ¿Por qué es tan dañino lamentarse y discutir? Si la gente se entera de que los miembros de una iglesia siempre discuten, se lamentan y murmuran, obtendrán una impresión falsa de Cristo y del evangelio. La creencia en Cristo debiera unir a todos aquellos que confían en El. Si su iglesia casi siempre está discutiendo y lamentándose, pierde el poder unificador de Jesucristo. Deje de discutir o de lamentarse dentro de la iglesia en cuanto a personas y condiciones y permita que el mundo vea a Cristo.

2.14-16 Nuestras vidas debieran caracterizarse por su pureza, su paciencia y su pacificación, de manera que resplandezcamos como "luminares" en un mundo de tinieblas y depravación. Una vida transformada es un testimonio efectivo del poder de la Palabra de Dios. ¿Brilla su luz o está opacada por la discusión y el lamento? Resplandezca para Dios.

2.17 La libación era una parte importante del sistema de sacrificios de los judíos (para una explicación, véase Num 28:7). Debido a que la iglesia tenía un pequeño trasfondo judío, la libación puede referirse al vino derramado a las deidades paganas en acontecimientos públicos importantes. Pablo considera su vida como un sacrificio.

2.17 Aunque Pablo tuviera que morir, estaba contento, sabiendo que había sido de ayuda a los filipenses para que vivieran por Cristo. Cuando usted está totalmente consagrado al servicio de Cristo, el sacrificio de edificar la fe de otros es una recompensa que le llena de regocijo.

2.19 Cuando Pablo escribió esta carta, Timoteo se hallaba con él en Roma. También lo estuvo en su segundo viaje misionero, cuando se estableció la iglesia de Filipos. Para mayor información sobre Timoteo, véase su perfil en 1 Timoteo.

2.21 Pablo observó que muchos cristianos estaban demasiado preocupados en sus necesidades como para invertir tiempo en trabajar por Cristo. No permita que su agenda y sus preocupaciones no dejen espacio para su servicio cristiano y su amor por otros.

2.22 Así como un obrero habilidoso entrena a un aprendiz, Pablo preparó a Timoteo para que continuara el ministerio en su ausencia. ¿De quién está usted aprendiendo para hacer la obra de Dios? Para más información véase el perfil de Timoteo en 1 Timoteo.

2.23 Pablo estaba en prisión (esperando su juicio o su veredicto) por predicar a Cristo. Les decía a los filipenses que tan pronto supiera la decisión de la corte, enviaría a Timoteo con las noticias, pero que estaba dispuesto a aceptar lo que viniera (1.21-26).

2.25 Epafrodito entregó el dinero de la iglesia en Filipos a Pablo, luego regresó con una carta de agradecimiento. Epafrodito pudo haber sido un anciano en Filipos (2.25-30; 4.18), quien, mientras estuvo con Pablo, se enfermó (2.27, 30). Después de recuperarse, regresó a su hogar. Solo se menciona en Filipenses.

2.29, 30 El mundo honra a aquellos que son inteligentes, hermosos, ricos y poderosos. ¿Qué clase de personas debería honrar la iglesia? Pablo indica que debería honrarse a aquellos que dan su vida por la causa de Cristo, yendo a donde no podemos ir nosotros mismos. Nuestros misioneros hacen esto al ir a ministrar donde no somos capaces de ir.



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