martes, 2 de noviembre de 2021

JUAN 18

  •  Jesús ante el sumo sacerdote
  • (Mt. 26.57–58;  Mr. 14.53–54;  Lc. 22.54) 
  • Pedro en el patio de Anás
  • (Mt. 26.69–70;  Mr. 14.66–68;  Lc. 22.55–57) 
  • Anás interroga a Jesús
  • (Mt. 26.59–66;  Mr. 14.55–64;  Lc. 22.66–71) 
  • Pedro niega a Jesús
  • (Mt. 26.71–75;  Mr. 14.69–72;  Lc. 22.58–62)
  • Jesús ante Pilato
  • (Mt. 27.1–2, 11–31;  Mr. 15.1–20;  Lc. 23.1–5, 13–25) 









18.3 Los alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos quizás eran miembros de la guardia del templo; eran judíos a quienes los líderes religiosos delegaron autoridad para efectuar arrestos en casos de infracciones menores. Los soldados tal vez hayan sido una pequeña compañía de soldados romanos que no participaron del arresto, sino que acompañaron a la guardia del templo para asegurarse de que la situación no se descontrolara.

18.4, 5 Juan no narra el beso de saludo de Judas (Mat 26:49; Mar 14:45; Luk 22:47-48), pero el beso de Judas marcó un punto de transición para los discípulos. A partir del arresto de Jesús, la vida de cada uno sería radicalmente diferente. Por primera vez, Judas traicionó abiertamente a Jesús delante de los otros discípulos. Por primera vez, los leales discípulos de Jesús se alejaron corriendo (Mat 26:56). El grupo de discípulos sufriría un tiempo de severa prueba antes de transformarse de seguidores vacilantes en líderes dinámicos.

TRAICION EN EL HUERTO :   Después de comer la cena de Pascua en el aposento alto, Jesús y sus discípulos fueron al Getsemaní, lugar donde la guardia del templo, guiado por Judas, arrestaría a Jesús. De ahí lo llevarían a la casa de Caifás para el primero de sus muchos juicios.

18.6 Los hombres tal vez se sorprendieron ante el arrojo de la pregunta de Jesús, o ante las palabras "Yo soy", que era una declaración de su divinidad (Exo 3:14). O quizás quedaron abrumados ante el obvio poder y autoridad del Señor.

18.10, 11 Tratando de proteger a Jesús, Pedro desenvainó una espada e hirió al siervo del sumo sacerdote. Pero Jesús dijo a Pedro que metiera su espada en la vaina y permitiera el despliegue del plan de Dios. A veces resulta tentador encargarnos de los asuntos, forzar la situación. La mayoría de las veces esas actitudes nos conducen al pecado. En lugar de eso debemos confiar que Dios llevará a cabo su plan. Considérelo: si Pedro lo hubiese hecho a su manera, Jesús no habría ido a la cruz, y el plan de redención de Dios se habría obstaculizado.

18.11 La copa significa el sufrimiento, el aislamiento y la muerte que Jesús debería soportar a fin de expiar los pecados del mundo.

18.12, 13 A Jesús lo llevaron de inmediato a la residencia del sumo sacerdote, a pesar de que esto ocurrió en medio de la noche. Los líderes religiosos estaban apurados; querían completar la ejecución antes del día de reposo y seguir adelante con la celebración de la Pascua. Esta residencia era un palacio cuyos muros exteriores rodeaban un patio donde siervos y soldados se calentaban junto a un fuego.

18.13 Anás y Caifás fueron sumos sacerdotes. Anás fue el sumo sacerdote de Israel desde 6 a 15 d.C., cuando los gobernadores romanos lo depusieron. A Caifás, yerno de Anás, lo nombraron sumo sacerdote y permaneció en el cargo desde 18 a 36/37 d.C. De acuerdo con la ley judía, esta posición era vitalicia. Por lo tanto, muchos judíos seguían considerando a Anás como sumo sacerdote y lo seguían llamando por ese título. Pero, aunque Anás seguía teniendo mucha autoridad entre los judíos, Caifás tomaba las decisiones finales.
Tanto Caifás como Anás se interesaban más por sus ambiciones políticas que por su responsabilidad de guiar al pueblo hacia Dios. A pesar de ser líderes religiosos, se volvieron malvados. En su condición de líderes espirituales, debieran haber sido sensibles a la revelación de Dios. Debieran haber sabido que Jesús era el Mesías del cual hablaban las Escrituras y debieran haber conducido al pueblo hacia El. Pero cuando hombres y mujeres engañosos buscan hacer el mal, desean eliminar toda oposición. En lugar de hacer una evaluación sincera de las declaraciones de Jesús basándose en su conocimiento de las Escrituras, estos líderes religiosos procuraron satisfacer sus propias ambiciones egoístas e incluso estuvieron dispuestos a matar al Hijo de Dios, si era eso lo que hacía falta para lograrlas.

18.15, 16 El otro discípulo quizás era Juan, el autor de este Evangelio. Conocía al sumo sacerdote y se dio a conocer a la criada que estaba a la entrada. A causa de sus relaciones, Juan logró entrar junto con Pedro al patio. Pero este no quiso identificarse como seguidor de Jesús. Las experiencias de Pedro en las horas subsiguientes le cambiarían la vida. Si desea más información sobre Pedro, véase su perfil en Mateo 27.

18.19ss Durante la noche, Jesús tuvo una audiencia previa al juicio ante Anás antes de que lo llevaran a Caifás y a todo el Sanedrín (Mar 14:53-65). Los líderes religiosos sabían que no tenían de qué acusar a Jesús, así que trataron de acumular evidencias en su contra mediante el uso de falsos testigos (Mar 14:55-59).

18.22-27 Fácilmente podemos enojarnos con el concilio por su injusticia al condenar a Jesús, pero debemos recordar que Pedro y los demás discípulos también contribuyeron al dolor de Jesús al abandonarlo y negarlo (Mat 26:56, Mat 26:75). A pesar de que muchos no somos como los líderes religiosos, todos somos como los discípulos, pues a veces hemos negado que Cristo es el Señor en aspectos muy vitales de nuestras vidas o hemos mantenido en secreto nuestra identidad como creyentes en tiempos de presión. No se disculpe señalando a otros cuyos pecados parecen ser peores que los suyos. Más bien, acuda a Jesús en busca de perdón y sanidad.

18.25-27 Imagínese que usted está parado afuera mientras interrogan a Jesús, su Señor y Maestro. Imagínese también mirando a ese hombre, el cual ha llegado a creer que es el Mesías tan esperado, mientras abusan de El y lo golpean. Naturalmente, Pedro estaba confundido y asustado. Es un pecado serio negar a Cristo, pero Jesús perdonó a Pedro (21.15-17). Ningún pecado es demasiado grande para que Jesús lo perdone si usted está en verdad arrepentido. El perdonará incluso su peor pecado si deja de cometerlo y pide perdón.

18.25 Los otros Evangelios dicen que las tres negaciones de Pedro ocurrieron cerca de un fuego en el patio exterior del palacio de Caifás. En el relato de Juan la primera negación aparece afuera de la casa de Anás y las otras dos afuera de la casa de Caifás. Es probable que hayan ocurrido en el mismo patio. La residencia del sumo sacerdote era grande y Anás y Caifás sin duda vivían cerca.

18.27 Este hecho cumplió las palabras que Jesús dijo a Pedro después que él prometiese que jamás lo negaría (Mar 14:31; Joh 13:38).

18.28 Según la ley judía, entrar a la casa de un gentil convertía al judío en una persona ceremonialmente contaminada. Como resultado, dicha persona no podía participar del culto en el templo ni celebrar las fiestas mientras no se restaurase a un estado de "limpieza". Por temor a contaminarse, estos hombres permanecieron fuera de la casa donde llevaron a Jesús para ser juzgado. Respetaron los requisitos del ceremonial de su religión mientras que en su corazón albergaban homicidio y traición.

18.29 Este gobernador romano, Pilato, tuvo a su cargo a Judea (la región donde estaba localizada Jerusalén) desde 26 a 36 d.C. Pilato no era popular entre los judíos porque saqueó el tesoro del templo buscando dinero para construir un acueducto. No le agradaban los judíos, pero cuando Jesús, el Rey de los judíos, estuvo de pie ante él, Pilato lo halló inocente.

18.30 Pilato sabía lo que ocurría; sabía que los líderes religiosos odiaban a Jesús y no quería servirles de verdugo. No podían condenarlo a muerte, el permiso debía venir de un líder romano. Pero Pilato en un inicio se negó a sentenciar a Jesús sin evidencia suficiente. La vida de Jesús pasó a ser un peón en la lucha del poder político.

18.31ss Pilato intentó cuatro veces llegar a una solución con Jesús: (1) trató de hacer que otro cargase con la responsabilidad (18.31); (2) trató de encontrar una vía de escape para liberar a Jesús (18.39); (3) trató de llegar a un arreglo haciendo que azotasen a Jesús en lugar de entregarlo a la muerte (19.1-3); y (4) trató de apelar directamente a la simpatía de los acusadores (19.15). Todos deben decidir qué hacer con Cristo. Pilato intentó dejar que los demás decidiesen por él y al final salió perdiendo.

18.32 Esta predicción aparece en Mat 20:19. La crucifixión era un método común de ejecución para criminales que no eran ciudadanos de Roma.

18.34 Si Pilato formulaba esta pregunta en su papel de gobernador romano, su intención sería la de averiguar si Jesús estaba estableciendo un gobierno rebelde. Pero los judíos usaban la palabra rey para ponerlo como un gobernante religioso, el Mesías. Israel era una nación cautiva, bajo el poderío militar del Imperio Romano. Un rey rival podría haber sido una amenaza para Roma; un Mesías podría haber sido un líder puramente religioso.
JUICIO Y CRUCIFIXION DE JESUS :   Jesús fue llevado del juicio ante el Sanedrín judío al juicio ante el procurador romano Pilato, en la Torre Antonia. Pilato lo envió a Herodes (Luk 23:5-12), pero este no demoró en mandarlo a Pilato. Respondiendo a las amenazas de la turba, Pilato por último accedió a que Jesús fuera crucificado.

18.36, 37 Pilato formuló a Jesús una pregunta directa y este respondió con claridad. Jesús es un Rey, pero un rey cuyo Reino no es de este mundo. Al parecer, en la mente de Pilato no había duda de que Jesús decía la verdad y era inocente de cualquier delito. También parece evidente que a pesar de reconocer la verdad, Pilato decidió rechazarla. Es una tragedia que no reconozcamos la verdad. Es una tragedia mayor reconocer la verdad y no prestarle atención.

18.38 Pilato era un cínico; pensaba que toda verdad era relativa. Para muchos oficiales del gobierno, la verdad era cualquier cosa con la que estuviese de acuerdo la mayoría o lo que fuera que ayudase a promover su propio poder personal y sus metas políticas. Donde no hay una base de verdad, no hay base para lo que es moralmente bueno y malo. La justicia pasa a ser cualquier cosa que dé resultado o lo que sea que ayude a los que ejercen el poder. En Jesús y en su Palabra encontramos una norma para lo que es verdad y para nuestra conducta moral.

18.40 Barrabás era un rebelde contra Roma y, a pesar de haber cometido homicidio, quizás era un héroe entre los judíos. Los judíos detestaban que Roma los gobernase y tener que pagar impuestos al despreciado gobierno. A Barrabás, que dirigió una rebelión fallida, lo liberaron en lugar de Jesús, el Unico que en verdad podía ayudar a Israel. Si desea más información sobre Barrabás, véase la nota a Luk 23:18-19.

LOS SEIS ESCENARIOS DEL JUICIO DE JESUS
A pesar de que el juicio de Jesús duró menos de dieciocho horas, lo presentaron ante seis auditorios diferentes.
ANTE AUTORIDADES JUDIAS
Audiencia preliminar ante Anás (Joh 18:12-24)
Debido a que el oficio de sumo sacerdote era vitalicio, Anás aún era el sumo sacerdote "oficial" ante los judíos, aunque los romanos eligieron a otro. Anás todavía tenía una gran influencia ante los miembros del Sanedrín.

 Audiencia ante Caifás (Mat 26:57-68)








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