jueves, 4 de noviembre de 2021

HECHOS 2

  •  La venida del Espíritu Santo
  • Primer discurso de Pedro
  • La vida de los primeros cristianos









2.1 El Pentecostés, cincuenta días después de la Pascua, se le llamó también la Fiesta de las Semanas. Esta fue una de las tres mayores fiestas del año (Deu 16:16), una fiesta de agradecimiento por las cosechas. A Jesús lo crucificaron en la Pascua y ascendió cuarenta días después de su resurrección. El Espíritu Santo vino cincuenta días después de la resurrección, diez días después de la ascensión. Los judíos de diferentes naciones se congregaban en Jerusalén para esta fiesta. El discurso de Pedro (Deu 2:14) se dio a una audiencia internacional y el resultado fue una cosecha mundial de nuevos creyentes, los primeros convertidos al cristianismo.

2.3, 4 Este fue el cumplimiento de las palabras de Juan el Bautista acerca del bautismo del Espíritu Santo con fuego (Luk 3:16) y también el cumplimiento de Joe 2:28-29 acerca del derramamiento del Espíritu Santo.
¿Por qué lenguas de fuego? Las lenguas simbolizan el mensaje y la comunicación del evangelio. El fuego denota la presencia purificadora de Dios, que consume los elementos indeseables de nuestras vidas, encendiendo en nuestros corazones la llama que inflame la vida de otros. En el monte Sinaí Dios confirmó la validez de las leyes del Antiguo Testamento con fuego del cielo (Exo 19:16-18). En el Pentecostés Dios confirmó la validez del ministerio del Espíritu Santo enviando fuego. En el Sinaí el fuego descendió en un solo lugar; en el Pentecostés el fuego vino sobre muchos creyentes, simbolizando que la presencia de Dios está al alcance de todos los que creen en El.

2.3, 4 Dios manifestó su presencia de una forma espectacular: viento recio, fuego y el Espíritu Santo. ¿Le gustaría que Dios se le revelara mediante formas conocidas? El podría, pero sea cauto procurando no forzar sus expectativas en Dios. En 1Ki 19:11-12 Elías también necesitó un mensaje de Dios. Hubo un fuerte viento, luego un terremoto y por último fuego. Pero el mensaje de Dios vino en un silbo apacible. Dios podría usar métodos dramáticos para obrar en su vida o podría hablar a través de un silbo apacible. Espere con paciencia y escuche siempre.

2.3, 4 Dios manifestó su presencia de una forma espectacular: viento recio, fuego y el Espíritu Santo. ¿Le gustaría que Dios se le revelara mediante formas conocidas? El podría, pero sea cauto procurando no forzar sus expectativas en Dios. En 1Ki 19:11-12 Elías también necesitó un mensaje de Dios. Hubo un fuerte viento, luego un terremoto y por último fuego. Pero el mensaje de Dios vino en un silbo apacible. Dios podría usar métodos dramáticos para obrar en su vida o podría hablar a través de un silbo apacible. Espere con paciencia y escuche siempre.

2.4-11 Estas personas hablaron literalmente en otros idiomas, un espectáculo milagroso para los que se reunieron en el pueblo para la fiesta. Todas las nacionalidades representadas reconocieron que su idioma se estaba hablado. Pero más que un milagro que captó la atención de las personas, vieron la presencia y poder del Espíritu Santo. Los apóstoles continuaron el ministerio en el poder del Espíritu Santo por donde iban.

2.7, 8 Al cristianismo no lo limita ninguna raza ni grupo de personas. Cristo ofrece salvación a todas las personas sin importar su nacionalidad. Los visitantes en Jerusalén se sorprendieron al escuchar a los apóstoles hablando en su idioma natal, pero no debieron haberlo hecho. Dios hace toda clase de milagros para esparcir el evangelio, usando muchos idiomas al llamar a las personas para que lleguen a ser sus seguidores. Sin importar raza, color, nacionalidad ni idioma, Dios le habla. ¿Lo escucha?

2.9-11 ¿Por qué se han mencionado todos estos lugares? Esta es una lista de los lugares de procedencia de los judíos que vinieron a la fiesta en Jerusalén. Estos judíos no vivían en Palestina porque el cautiverio y la persecución los dispersaron. Los judíos que respondieron al mensaje de Pedro regresaron a los lugares donde residían con las buenas nuevas de la salvación de Dios. Así Dios preparó el camino para esparcir el evangelio. A medida que lea Hechos, notará cuán a menudo las personas que se convirtieron en el día de Pentecostés prepararon el camino de Pablo y otros mensajeros. La iglesia en Roma, por ejemplo, se organizó a través de estos creyentes judíos.
2.14 Pedro fue un líder inestable durante el ministerio de Jesús, permitiendo que su bravuconería fuera su caída, aun al extremo de negar que conocía a Jesús (Joh 18:15-18, Joh 18:25-27). Pero Cristo lo perdonó y restauró después que le negó. Este es un nuevo Pedro, humilde pero audaz. Su confianza vino del Espíritu Santo, el que hizo de él un predicador enérgico y dinámico. ¿Alguna vez ha sentido que ha cometido errores tan malos que Dios nunca podría perdonarlo ni usarlo? No importa qué pecados haya cometido, Dios promete olvidarlos y hacer de usted una persona útil para su Reino. Reciba el perdón de Dios y deje que lo utilice para su servicio.

2.14ss Pedro dice a la gente por qué deben escuchar a los creyentes: porque las profecías del Antiguo Testamento se cumplirían por completo en Jesús (2.14-21), porque Jesús es el Mesías (2.25-36) y porque el Cristo resucitado podría cambiar sus vidas (2.37-40).

2.15 La respuesta de Pedro a la acusación de que estaban ebrios (2.13) fue que era demasiado temprano para eso.

2.16-21 No todas las cosas señaladas en Joe 2:28-29 sucedieron esa mañana en particular. "Los postreros días" incluyen todos los días entre la primera y segunda venidas de Cristo; es otra manera de decir "de hoy en adelante". "El día del Señor" (Joe 2:20) denota toda la era cristiana. Aun Moisés anheló que el Señor derramara su Espíritu sobre todos (Num 11:29). En Pentecostés, el Espíritu Santo se derramó en favor de todo el mundo: hombres, mujeres, hijos, hijas, judíos y gentiles. Ahora todos pueden recibir el Espíritu. Este fue un pensamiento revolucionario para los judíos del primer siglo.

2.23 Todo lo que le sucedió a Jesús estaba bajo el control de Dios. Su plan nunca lo interrumpió el gobernador romano ni algún oficial judío. Esto sobre todo animó a los que enfrentaron opresiones durante el tiempo de la iglesia primitiva.

2.24 Pedro empezó con una proclamación pública de la resurrección, en un tiempo en que esto podía verificarse mediante muchos testigos. Esta fue una declaración enérgica porque muchas de las personas que escuchaban a Pedro estuvieron en Jerusalén cincuenta días antes de la Pascua y quizás vieron u oyeron acerca de la crucifixión de este "gran maestro". La resurrección de Jesús fue la última señal de que todo lo que dijo acerca de sí mismo era verdad. Sin la resurrección no tendríamos razón para creer en Jesús (1Co 15:14).

2.25-32 Pedro citó el Psa 16:8-11, un salmo de David. Explicó que el autor no escribía acerca de él mismo, porque David murió y lo sepultaron (Psa 2:29). Sin embargo, lo que escribió fue una profecía (Psa 2:30) que hablaba del Mesías que resucitaría. La audiencia entendió "corrupción" (Psa 2:27) como el sepulcro. El énfasis aquí es que el cuerpo de Jesús no se dejó para que se deteriorara, sino que resucitó y glorificó.

2.33 "Ha derramado esto que vosotros veis y oís" podría ser parafraseado: "le dio a Jesús la autoridad de enviar el Espíritu Santo con los resultados que ven y oyen hoy".

2.37 Después del poderoso y ungido mensaje de Pedro, la gente se conmovió profundamente y preguntó: "¿Qué haremos?" Esta es una pregunta básica que debemos hacernos. No es suficiente sentir tristeza por nuestros pecados, debemos permitir a Dios que los perdone y luego debemos vivir como perdonados. ¿Le ha hablado Dios mediante su Palabra u otros creyentes? Como la audiencia de Pedro, pregúntele a Dios qué debe hacer y luego obedezca.

2.38, 39 Si quiere seguir a Cristo, Pedro dice lo que se debe hacer: "Arrepentíos, y bautícese cada uno". Arrepentimiento significa cambiar la dirección de la vida del egoísmo y la rebelión que van en contra de las leyes de Dios. Al mismo tiempo debe volverse a Cristo, dependiendo de su perdón, misericordia, dirección y propósito. No podemos salvarnos a nosotros mismos, solo Dios puede hacerlo. El bautismo nos identifica con la obra de Cristo y con la comunidad de creyentes. Es una condición para ser discípulo y un símbolo de nuestra fe.

2.40-43 Cerca de tres mil personas se convirtieron en discípulos cuando Pedro predicó las buenas nuevas acerca de Cristo. Estos nuevos cristianos se unieron a otros creyentes, enseñados por los apóstoles e incluidos en las reuniones de oración y comunión. Los nuevos creyentes en Cristo necesitan ser parte de un grupo donde aprendan la Palabra de Dios, oren y maduren en la fe. Si usted apenas ha empezado una relación con Cristo, busque a otros creyentes para tener compañerismo, orar y recibir enseñanzas. Este es el camino para crecer.

2.42 "El partimiento del pan" se refiere a las reuniones de comunión que se celebraban en memoria de Jesús y se organizaban tomando como patrón la Ultima Cena que Jesús celebró con sus discípulos antes de su muerte (Mat 26:26-29).

2.44 Al reconocer a los otros creyentes como hermanos en la familia de Dios, los cristianos en Jerusalén comunicaron lo que tenían de manera que todos se beneficiaran con las bendiciones de Dios. Es una tentación, sobre todo si poseemos riquezas materiales, apartarnos los unos de los otros, cada uno cuidando lo suyo, supliendo y disfrutando de su pequeño mundo. Pero como parte de la familia espiritual de Dios, tenemos la responsabilidad de ayudarnos mutuamente cuando sea posible. La familia de Dios trabaja mejor cuando sus miembros lo hacen juntos.

2.46 Una errónea concepción común acerca de los primeros cristianos (que eran judíos) fue el rechazo a la religión judía. Sin embargo, estos creyentes vieron el mensaje de Jesús y su resurrección como el cumplimiento de todo lo que sabían y creían del Antiguo Testamento. Los judíos creyentes al principio no se separaron del resto de su comunidad. Seguían asistiendo al templo y a las sinagogas para adorar y recibir instrucción de la Palabra de Dios. Pero su creencia en Jesús motivó gran fricción con los judíos que no creían que Jesús era el Mesías. Los judíos creyentes se vieron obligados a reunirse en hogares privados, para la comunión, oración y enseñanza acerca de Jesús. A finales del primer siglo, expulsaron a muchos de esos judíos creyentes de las sinagogas.

2.46, 47 Una comunidad cristiana saludable atrae a las personas a Cristo. El celo de la iglesia de Jerusalén en la adoración y amor fraternal fue contagioso. Una iglesia saludable y amorosa crece en cantidad de discípulos. ¿Qué está haciendo para que su iglesia sea la clase de lugar que atraiga a otros a Cristo?










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