martes, 23 de noviembre de 2021

1CORINTIOS 7

  • Problemas del matrimonio





7.1 Los corintios habían escrito a Pablo planteándole diferentes preguntas relacionadas con la vida cristiana y los problemas de la iglesia. Lo primero que preguntan es si era bueno casarse. Pablo contesta esta y otras cuestiones en lo que resta de esta carta.

7.1ss Los cristianos en Corinto estaban rodeados de tentaciones sexuales. La ciudad tenía reputación, aun entre los paganos, de inmoralidad sexual y de prostituir la religión. Es a esta clase de sociedad que Pablo envió estas instrucciones sobre el sexo y el matrimonio. Los corintios necesitaban instrucciones especiales y específicas debido a las normas inmorales de su cultura. Para mayor información acerca de las enseñanzas de Pablo relacionadas con el matrimonio véase Efesios 5.

7.3-5 Las tentaciones sexuales son difíciles de resistir porque apelan a los deseos normales y naturales que Dios nos ha dado. El matrimonio incluye, en parte, la satisfacción de estos deseos naturales y solidifica la relación conyugal en contra de las tentaciones. Las parejas casadas tienen la responsabilidad de cuidar uno del otro. Por lo tanto, esposos y esposas no debieran negarse uno al otro sino que deben satisfacer las necesidades y deseos del otro. (Véase también nota a 10.13.)

7.3-11 La iglesia en Corinto estaba alborotada por la inmoralidad que la circundaba. Algunos que estaban en contra de la inmoralidad rechazaban tanto el sexo como el matrimonio. Los cristianos corintios se preguntaban si deberían hacer lo mismo, de modo que le plantearon a Pablo varias preguntas. "Debido a que el sexo es pervertido, ¿no debiéramos abstenernos también del matrimonio?" "Si mi esposa no es salva, ¿debiera buscar el divorcio?" "Las personas solteras y las viudas, ¿no deben casarse?" Pablo contestó muchas de esas preguntas diciendo: "Por ahora, manténganse como están. Reciban con agrado la situación en la que Dios los ha puesto. No busquen casarse o quedarse solteros. Vivan la voluntad de Dios cada día y El les mostrará lo que deban hacer".

7.4 Espiritualmente, cuando nos convertimos en cristianos, nuestros cuerpos pertenecen a Dios ya que Jesucristo nos compró pagando el precio para librarnos del pecado (véase 6.19, 20). Físicamente, nuestros cuerpos pertenecen a nuestros cónyuges, porque Dios diseñó nuestro matrimonio de modo que a través de la unión del esposo y la esposa, los dos lleguen a ser uno (Gen 2:24). Pablo establece una total igualdad en las relaciones sexuales. Ni el hombre ni la mujer deben buscar dominación o autonomía.

7.7 Tanto el matrimonio como el quedar solo son dones de Dios. Uno no es mejor que el otro, ambos son valiosos para lograr los propósitos de Dios. Es importante, por lo tanto, aceptar la situación actual de uno. Cuando Pablo dice que preferiría que se quedaran como él (por ejemplo, solteros), estaba expresando su deseo de que una mayor cantidad de personas pudiera dedicarse completamente al ministerio sin tener que vivir presionadas por las preocupaciones de los cónyuges y de la familia, como él lo hacía. No estaba criticando al matrimonio; después de todo, es la creación de Dios, es el modo de proveer compañía y poblar la tierra.

7.9 La presión sexual no es el mejor motivo para casarse, pero es mejor casarse con la persona correcta que "estarse quemando". Muchos nuevos creyentes pensaban que todo lo relacionado con el sexo era erróneo y las parejas se comprometían sin desear casarse. En este pasaje, Pablo les está diciendo a las parejas que deseaban casarse que no debieran negarse a la práctica normal del sexo evitando casarse. Esto no significa, sin embargo, que las personas que tengan dificultad para auto controlarse, deban casarse con el primero que se les presente. Es mejor enfrentarse a la presión del deseo que tener que enfrentarse a un matrimonio infeliz.

7.12 El mandato de Pablo en cuanto a la permanencia del matrimonio (7.10) viene del Antiguo Testamento (Gen 2:24) y de Jesús (Mar 10:2-12). Su sugerencia está basada en el mandato de Dios y la aplica a la situación que estaban enfrentando los corintios. Pablo clasifica el mandato como sugerencia porque uno es un principio eterno, mientras que el otro es una aplicación específica. Está demás decir, para gente que vive una situación similar, que la sugerencia de Pablo es el mejor consejo que podría obtener. Pablo era un hombre de Dios, un apóstol; y tenía la mente de Cristo.

7.12-14 Debido al deseo de servir a Cristo, algunas personas en la iglesia de Corinto pensaban que debían separarse de sus cónyuges paganos y casarse con cristianos. Pero Pablo afirmó la indisolubilidad del matrimonio. Lo ideal de Dios es que las parejas permanezcan unidas, aun cuando uno de ellos no sea creyente. El cónyuge cristiano debiera procurar ganar al que no lo es para Cristo. Hubiera sido fácil racionalizar la separación, sin embargo, Pablo hace una defensa firme en favor de la unión con el no creyente, agregando que debe ser una influencia positiva en el matrimonio. Pablo, como Jesús, creía que el matrimonio es permanente (véase Mar 10:1-9).

7.14 Las bendiciones que fluyen en los creyentes no se detienen allí, se extienden a otros. Dios considera el matrimonio como "santificado" (apartado para su uso) por la presencia del cónyuge cristiano. La otra parte no recibe salvación en forma automática, pero es ayudada por esta relación. Los hijos de un matrimonio así son considerados como "santos" (porque las bendiciones de Dios son para la unidad familiar) hasta que ellos tengan suficiente edad como para decidir por sí mismos.

7.15, 16 Estos versículos son mal usados por algunos como una excusa para salir del matrimonio. Pero la declaración de Pablo fue dada para animar al cristiano a que continúe con la persona incrédula y logre que el matrimonio marche bien. Si, por otro lado, el cónyuge incrédulo insiste en separarse, Pablo dice que no debe oponerse. La única alternativa para el cristiano podría ser negar su fe para preservar su matrimonio y esta sería una razón más grave en comparación con la disolución del matrimonio. Es imposible dejar de notar que el propósito de Pablo al escribir esta carta fue el de urgir que las parejas casadas buscaran la unidad, no la separación (véanse 7.17; 1Pe 3:1-2).

7.17 Aparentemente los corintios estuvieron listos para hacer cualquier cambio sin pensar en las repercusiones. Pablo manifestaba en su escrito que los cristianos debieran ser tales en cualquier lugar. Usted puede llevar a cabo la obra de Dios y demostrar su fe en todo lugar. Si vino a Cristo casado y su cónyuge no es creyente, recuerde que no necesita estar casado con una persona cristiana para vivir por Cristo. No crea que se halla en el lugar equivocado, atado a la persona equivocada. Puede estar justo en el lugar que Dios quiere para usted (véase 7.20).

7.18, 19 La ceremonia de circuncisión era parte importante de la relación judía con Dios. Es más, antes que Cristo llegara, la circuncisión fue ordenada por Dios para todos aquellos que declaraban seguirle (Gen 17:9-14). Pero después de la muerte de Cristo, la circuncisión no fue más necesaria (Hechos 15; Rom 4:9-11; Gal 5:2-4; Col 2:11). Pablo dice que es más importante agradar a Dios y obedecerle, que guardar las ceremonias tradicionales.

7.20 Con frecuencia estamos tan preocupados con lo que podríamos estar haciendo por Dios en alguna parte, que perdemos oportunidades donde nos encontramos. Pablo dice que cuando una persona se convierte en cristiana, casi siempre debería continuar con la labor que previamente venía desarrollando, con tal que no sea inmoral o antiético. Todo trabajo puede convertirse en tarea cristiana cuando se toma en cuenta que el propósito de la vida es honrar, servir y hablar en favor de Cristo. Como a Dios le ha placido ponerlo en donde se encuentra, debería buscar cuidadosamente allí las oportunidades para servirle.

7.23 La esclavitud era común a través de todo el Imperio Romano. Algunos cristianos en la iglesia de Corinto eran esclavos. Pablo dice que aun estando en esa condición eran libres del poder del pecado en sus vidas. La gente hoy es esclava del pecado hasta que entrega su vida a Cristo, el único que puede conquistar al poder del pecado. El pecado, el orgullo y el temor no tendrán más autoridad sobre nosotros, así como el amo la perdía sobre los esclavos vendidos. La Biblia dice que venimos a ser esclavos de Cristo cuando nos convertimos en cristianos (Rom 6:18), lo que significa que hemos ganado nuestra libertad porque el pecado ya no nos controla.

7.26 Posiblemente Pablo vislumbró la persecución inminente que el Imperio Romano descargaría contra los cristianos. Y dio estos consejos prácticos porque al ser solteros sufrirían menos y tendrían mayor libertad para dar su vida en favor de la causa de Cristo (7.29), aun al punto de no temer morir por El. El consejo de Pablo revela su devoción total a la difusión de las buenas nuevas.

7.28 Mucha gente piensa, equivocadamente, que el matrimonio arreglará todos sus problemas. Mencionamos algunos asuntos que el matrimonio no resolverá. (1) Soledad, (2) tentación sexual, (3) satisfacción de las necesidades más íntimas, (4) eliminación de las dificultades de la vida. El matrimonio solo no mantiene unida a la pareja, pero sí el pacto: el pacto con Cristo y el pacto del uno hacia el otro, a pesar de los conflictos y los problemas. Aun siendo maravilloso, el matrimonio no resuelve los conflictos y problemas. Casados o solteros, debemos estar contentos con nuestra situación y poner nuestra mira en Cristo, no en el amor de otro, a fin de resolver nuestros problemas.

7.29 Pablo urge a todos los creyentes a sacar el mayor provecho posible de su tiempo antes de la venida de Cristo. Cada persona en cada generación debiera tener este sentido de urgencia en lo que respecta a anunciar las buenas nuevas a otros. ¡La vida es corta, no hay mucho tiempo!

7.29-31 Pablo apremió a los creyentes no en lo referente al matrimonio, el hogar o a la seguridad financiera como la meta más importante de la vida. Tanto como sea posible, no debiéramos vivir presionados por las preocupaciones de este mundo, hipotecas, presupuestos, inversiones o deudas que nos impidan cumplir con la obra de Dios. El hombre casado, como Pablo destaca (7.33, 34), tiene que pensar en sus responsabilidades terrenas, pero debiera hacer todo esfuerzo por mantenerse modesto y moldeable.

7.32-34 Algunas personas viven muy presionadas con la idea de que deben casarse. Creen que sólo van a ser completos si tienen a su lado al cónyuge. Pero Pablo subraya una gran ventaja en cuanto a quedar solo: el potencial de una mayor concentración en Cristo y su obra. Si usted es soltero, use la oportunidad especial para servir a Cristo con todo su corazón.

7.38 Cuando Pablo dice que el soltero hace bien, se refería al tiempo potencial disponible para servir a Dios porque dicha persona tiene pocas responsabilidades relacionadas con mantener una familia. La soltería, sin embargo, no asegura servicio a Dios; eso queda supeditado a la entrega de la persona.

7.40 Pablo aconseja acudir al Espíritu Santo, el que nos guía y nos capacita, tanto a solteros como a casados, en cumplir nuestras responsabilidades.


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