lunes, 22 de noviembre de 2021

1CORINTIOS 6

  • Litigios delante de los incrédulos
  • Glorificad a Dios en vuestro cuerpo








6.1-6 En el capítulo 5 Pablo explica qué hacer con una inmoralidad pública en la congregación. En el capítulo 6 se ocupa de cómo la congregación debiera actuar cuando se presenten problemas de menor importancia entre los creyentes. La sociedad ha fijado un sistema legal por medio del cual los desacuerdos puedan ser resueltos en cortes. Pero Pablo dice que los litigios entre cristianos no debieran ser juzgados en las cortes seculares. Como cristianos tenemos al Espíritu Santo y la mente de Cristo; entonces ¿cómo podemos acudir a aquellos que no poseen la sabiduría de Dios? Con todo lo que se nos ha dado como creyentes, y el poder que poseeremos en el futuro para juzgar al mundo y a los ángeles, debiéramos solucionar nuestras diferencias entre nosotros. Los santos son los creyentes. Véanse Joh 5:22 y Rev 3:21 para profundizar más acerca de juzgar al mundo. El juicio de los ángeles se menciona en 2Pe 2:4 y Jud 1:6.

6.6-8 ¿Por qué Pablo dijo que los cristianos no deberían llevar sus desacuerdos ante las cortes del mundo? (1) Si el juez y el jurado no son cristianos, manifestarán insensibilidad a los valores cristianos. (2) La razón por la que se va a la corte es con frecuencia la venganza, lo que no debiera ser el motivo en un cristiano. (3) Los pleitos dan una mala imagen a la iglesia, motivando que los incrédulos pongan su atención en sus problemas antes que en su propósito.

6.9-11 Aquí Pablo describe las características de los incrédulos. El no da a entender que los idólatras, adúlteros, afeminados, los que se echan con varones, ladrones, avaros, borrachos, maldicientes o estafadores estén automática e irrevocablemente excluidos del cielo. Los cristianos vienen de toda clase de trasfondos, incluidos algunos de los mencionados. Aún pueden estar luchando con los deseos malignos, pero no deben continuar con estas prácticas. En el 6.11, Pablo establece con claridad que aun aquellos que pecan en las formas dichas pueden lograr que sus vidas sean cambiadas por Cristo. Sin embargo, aquellos que dicen ser cristianos y persisten en estas prácticas, sin remordimiento, no heredarán el reino de Dios. Tales personas necesitan examinarse para ver si realmente creyeron en Cristo.

6.9-11 En una sociedad permisiva es fácil que los cristianos pasen por alto o toleren algunas conductas inmorales (avaricia, borrachera, etc.), mientras no resisten otras (homosexualidad, hurto). No debemos participar en el pecado o condonarlo en ninguna manera, ni podemos ser selectivos acerca de qué condenar y qué perdonar. Permanecer al margen del pecado "aceptable" en forma general es dificultoso, pero no es más difícil para nosotros de lo que lo fue para los corintios. Dios espera que sus seguidores en cualquier edad mantengan normas elevadas.

6.11 Pablo enfatiza la acción de Dios en hacer de los creyentes un nuevo pueblo. Los tres aspectos del trabajo de Dios son parte de nuestra salvación: nuestros pecados fueron lavados, fuimos apartados para un uso especial ("santificados") y fuimos declarados no culpables ("justificados") por nuestros pecados.

6.12 Aparentemente la iglesia citaba con frecuencia "todo me es lícito" y lo usaba en forma errónea. Algunos cristianos en Corinto se excusaban de sus pecados al decir que (1) Cristo había perdonado sus pecados y que poseían libertad completa para vivir como quisieran, o (2) Lo que hacían no estaba prohibido estrictamente por las Escrituras. Pablo contestó a estas excusas. (1) El hecho de que Cristo perdonara los pecados, no nos da libertad para hacer lo que sabemos que está mal. El Nuevo Testamento prohíbe de manera específica muchos pecados (véase 6.9, 10) que originalmente estaban prohibidos en el Antiguo Testamento (véanse Rom 12:9-21; Rom 13:8-10). (2) Algunas acciones no son pecaminosas en sí mismas, pero no son apropiadas porque pueden llegar a controlar nuestras vidas y apartarnos de Dios. (3) Cualquier cosa que hagamos y que hiera antes que ser de ayuda a otros es incorrecta.

6.12, 13 Muchas de las religiones del mundo piensan que el alma es importante y que el cuerpo no lo es, y el cristianismo algunas veces ha sido influenciado por ellas. En verdad, sin embargo, el cristianismo es una religión muy física. Adoramos a un Dios que ha creado un mundo físico y manifestó que era bueno. Nos prometió una tierra nueva en la que la gente será transformada en su vida física, no una nube color de rosa donde almas incorpóreas escuchan música de arpas. El corazón del cristianismo es la historia de Dios mismo tomando carne y sangre y viniendo a vivir con nosotros, para ofrecer sanidad física como también restauración espiritual.
Como humanos, a semejanza de Adán, somos una combinación de polvo y espíritu. Así como nuestras vidas espirituales afectan nuestros cuerpos, de igual manera nuestras vidas físicas afectan nuestras almas. No podemos cometer pecado con nuestros cuerpos sin dañar nuestras almas, porque nuestros cuerpos y almas están unidas inseparablemente. En la tierra nueva tendremos cuerpos resucitados que no podrán ser corrompidos por el pecado. Luego podremos disfrutar totalmente nuestra salvación.

6.13 La inmoralidad sexual es una tentación que siempre está ante nosotros. En las películas y en la televisión, el sexo fuera del matrimonio es tratado como normal, aun hasta deseable, que forma parte de la vida, mientras que el matrimonio es mostrado con frecuencia como confinado y triste. Inclusive podemos ser mal vistos por otros si aparentamos pureza. Pero Dios no pasa por alto o prohíbe el pecado sexual por ser difícil. El sabe que tiene poder para destruirnos física y espiritualmente. Nadie debería menospreciar el poder del pecado sexual. Ha destruido incontables vidas y desecho familias, comunidades y aun naciones. Dios quiere protegernos del daño que podemos causarnos a nosotros mismos y a otros, por eso promete llenarnos (nuestra soledad, nuestros deseos) con El mismo.

6.15-17 Esta enseñanza acerca del pecado sexual y la prostitución fue importante especialmente para la iglesia en Corinto porque el templo de la diosa Afrodita estaba en su ciudad. Empleaba a más de mil prostitutas como sacerdotisas y el sexo formaba parte del ritual de adoración. Pablo es claro al decir que los cristianos deben apartarse del pecado sexual, aunque sea aceptable y popular en nuestra cultura.

6.19, 20 ¿Qué quiere decir Pablo cuando manifiesta que nuestros cuerpos pertenecen a Dios? Muchos dicen que tienen el derecho de hacer con sus cuerpos lo que quieran. Aunque piensen que eso es libertad, no son sino esclavos de sus deseos. Cuando decidimos seguir a Cristo, el Espíritu Santo viene a nuestras vidas y vive en nosotros. Por lo tanto, dejamos de ser dueños de nuestros cuerpos. "Comprados por precio" se refiere a un esclavo que ha sido comprado en una subasta. Si usted vive en un edificio ajeno, procura no violar las normas establecidas en dicho lugar. Como su cuerpo pertenece a Cristo, no debe violar sus normas en su diario vivir.
















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