Salmo 140 - Protégeme de acusaciones

David no se toma la justicia por su mano, sino que la demanda a Dios y confía en su intervención. Vamos a leer los cinco primeros versículos, de este salmo ciento cuarenta, que dicen así:




“1 Líbrame, oh Yahweh, del hombre malo; Guárdame de hombres violentos, 2 Los cuales maquinan males en el corazón, Cada día urden contiendas. 3 Aguzaron su lengua como la serpiente; Veneno de áspid hay debajo de sus labios. Selah 4 Guárdame, oh Yahweh, de manos del impío; Líbrame de hombres injuriosos, Que han pensado trastornar mis pasos. 5 Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; Han tendido red junto a la senda; Me han puesto lazos”.




Ahora, después de leer los primeros cinco versículos del salmo, comentaremos dos de ellos, pero, para refrescar nuestra memoria, los leeremos de nuevo, y los versículos cuatro y cinco, del salmo ciento cuarenta, dicen así:




“4 Guárdame, oh Yahweh, de manos del impío; Líbrame de hombres injuriosos, Que han pensado trastornar mis pasos. 5 Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; Han tendido red junto a la senda; Me han puesto lazos”.




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