- Job argumenta contra Dios
7.11 Job sentía profunda angustia y amargura, y habló sinceramente con Dios sobre sus sentimientos para dejar salir sus frustraciones. Si expresamos nuestros sentimientos a Dios, podremos manejarlos sin estallar con palabras duras y acciones, posiblemente hiriendo a otros y a nosotros mismos. La próxima vez que las emociones fuertes amenacen con abrumarlo, expréselas abiertamente a Dios en oración. Esto le ayudará a obtener una perspectiva eterna de la situación, capacitándole mejor para lidiar con ellas constructivamente.
7.12 Job dejó de hablar con Elifaz y habló directamente con Dios. Aunque Job había vivido una vida recta, estaba comenzando a dudar del valor de haber vivido así. Al hacerlo, se estaba acercando peligrosamente a sugerir que a Dios no le importaba y que no estaba siendo justo. Más tarde, Dios reprobó a Job por esa actitud (38.2). Satanás siempre explota estos pensamientos para conseguir que abandonemos a Dios. Nuestro sufrimiento, como el de Job, puede no ser resultado del pecado, pero debemos tener cuidado de no pecar como resultado de nuestro sufrimiento.
7.20 Job se refirió a Dios como un observador de la humanidad. Estaba expresando sus sentimientos de que Dios parecía su enemigo: alguien que lo observaba sin misericordia retorcerse en su miseria. Sabemos que Dios vela por todo lo que nos sucede. Nunca debemos olvidar que nos mira con compasión, y no con escrutinio crítico. Sus ojos son ojos de amor.
7.12 Job dejó de hablar con Elifaz y habló directamente con Dios. Aunque Job había vivido una vida recta, estaba comenzando a dudar del valor de haber vivido así. Al hacerlo, se estaba acercando peligrosamente a sugerir que a Dios no le importaba y que no estaba siendo justo. Más tarde, Dios reprobó a Job por esa actitud (38.2). Satanás siempre explota estos pensamientos para conseguir que abandonemos a Dios. Nuestro sufrimiento, como el de Job, puede no ser resultado del pecado, pero debemos tener cuidado de no pecar como resultado de nuestro sufrimiento.
7.20 Job se refirió a Dios como un observador de la humanidad. Estaba expresando sus sentimientos de que Dios parecía su enemigo: alguien que lo observaba sin misericordia retorcerse en su miseria. Sabemos que Dios vela por todo lo que nos sucede. Nunca debemos olvidar que nos mira con compasión, y no con escrutinio crítico. Sus ojos son ojos de amor.
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