lunes, 9 de mayo de 2022

OSEAS 2

  • El amor de Jehová hacia su pueblo infiel


OSEAS 2





2.2ss Los temas de este capítulo son el castigo y la restauración de Israel. Como en un caso de la corte, la adúltera es llevada a juicio y encontrada culpable. Sin embargo, después de su castigo, con gozo y con ternura vuelve a Dios.

2.3 Oseas había provisto a su esposa de ropa, y Dios había provisto a Israel de abundantes lluvias para sus cosechas. Ya sea que la ilustración sea de Oseas y Gomer o de Dios e Israel, nos advierte del castigo de la infidelidad. De la misma forma en que un esposo puede no querer brindarle sustento a su esposa infiel, Dios no tolerará la infidelidad de Israel. Destrozará la tierra y como consecuencia llegará la hambruna.

2.5-7 Los israelitas estaban agradeciendo a los dioses falsos (específicamente a Baal) la comida, el refugio y la ropa, en vez de agradecer al único Dios que les dio esas bendiciones. Por lo tanto, Dios rodería de espinos su camino, al hacer que la recompensa por su idolatría fuera tan desilusionante que se convencerían de volverse a Dios. A pesar de la infidelidad de Israel, Dios sigue siendo fiel y misericordioso. Continuaría buscando a su pueblo, incluso hasta el grado de colocar obstáculos en su camino de desobediencia para que regresaran a El.

2.7 De la misma forma en que Gomer regresaría a su esposo al pensar que estaría mejor con él, la gente a menudo regresa a Dios cuando descubre que las luchas de la vida son demasiado difíciles. El regresar a Dios a causa de la desesperación es mejor que rebelarse contra El, pero es mucho mejor volverse a El en gratitud por su protección.

2.8 Las posesiones materiales son símbolos de éxito en la mayoría de las sociedades. Israel era una nación rica en este tiempo, y Gomer había adquirido oro y plata. Sin embargo, Gomer no se dio cuenta de que Oseas le había dado lo que ella poseía, e Israel no reconoció a Dios como el Dador de bendiciones. Tanto Gomer como Israel utilizaron sus posesiones de manera infiel cuando corrieron en pos de otros amantes y otros dioses. ¿Cómo utiliza usted sus posesiones? Utilice lo que Dios le ha dado para honrarlo a El.

2.12 Los israelitas estaban tan inmersos en la idolatría que realmente creían que los dioses paganos les habían dado sus huertos y sus viñas. Se habían olvidado de que la nación entera era un regalo de Dios (Deu 32:49). En la actualidad la gente da el mérito a todo menos a Dios por la prosperidad: a la suerte, al trabajo arduo, a la agudeza de ingenio, a las relaciones adecuados. Cuando tiene éxito, ¿quién se lleva la honra?

2.13 Baal era el más importante de los dioses cananeos, pero llegó a darse este nombre a todas las deidades de la tierra ocupada por Israel. Desafortunadamente, Israel no desechó los ídolos ni los centros de adoración pagana como se les había ordenado. En vez de eso, toleraron y con frecuencia se unieron a los adoradores de Baal, a menudo por la influencia de reyes corruptos. Uno de los reyes israelitas que destacó por su adoración a Baal fue Acab. El profeta Elías, en una demostración dramática con los profetas contratados por Acab, demostró que el poder de Dios era muchísimo superior al de Baal (1 Reyes 18).

2.14, 15 Dios estaba prometiendo (1) llevar al pueblo al desierto, donde no habría distracciones, para poder comunicarse con ellos claramente, y (2) cambiar lo que había sido un tiempo de dificultades en un día de esperanza. Dios utiliza incluso las experiencias negativas de nuestras vidas para crear oportunidades para que regresemos a El. Cuando enfrente problemas y pruebas, recuerde que Dios le habla en el desierto, no solo en tiempo de prosperidad.

2.16 No sería sino hasta el destierro de Judá que la nación entera comenzaría a entrar en razón, y renunciaría a sus ídolos y regresaría a Dios; y no será sino hasta que Dios gobierne por medio de Jesús, el Mesías, que será restaurada la relación entre Dios y Su pueblo. En ese día, Dios ya no será como su amo o propietario; será como su esposo (Isa 54:4-8). La relación será profunda y personal, la clase de relación que podemos conocer, si bien imperfectamente, en el matrimonio.

2.19, 20 El tiempo vendrá cuando la infidelidad sea imposible, porque Dios nos habrá unido a sí en su perfecta rectitud, amor y misericordia. La fiesta de compromiso en los tiempos de Oseas era algo más que un simple compromiso para casarse. Era un compromiso de enlace, un profundo compromiso entre dos familias para una relación permanente y futura. Dios estaba prometiendo un comienzo nuevo y fresco, no solo una reparación de un acuerdo viejo y cansado. (Véanse Jer 31:31-34.)

2.19, 20 El regalo de bodas de Dios para su pueblo, tanto en los días de Oseas como en los nuestros, es su misericordia. Aunque no tenemos mérito alguno, nos perdona y nos hace aceptos ante El. No existe para nosotros la posibilidad de que por nuestros esfuerzos podamos alcanzar las altas normas de Dios para la vida moral y espiritual, pero debido a su gracia nos acepta, nos perdona y nos lleva a tener una relación con El. En esa relación tenemos comunión con El de manera personal e íntima.

INFIDELIDAD ESPIRITUAL
El adulterio espiritual y el adulterio físico son muy parecidos en muchas cosas, y ambos son peligrosos. Dios estaba enojado con su pueblo porque había cometido adulterio espiritual contra El, de la misma forma que Gomer había cometido adulterio físico contra Oseas.
Paralelos :  Tanto el adulterio espiritual como el físico son en contra de la Ley de Dios.
El peligro :  Cuando quebrantamos una ley de Dios con plena consciencia de lo que estamos haciendo, nuestros corazones se endurecen hacia el pecado y nuestra relación con Dios se quebranta.

Paralelos :  Tanto el adulterio espiritual como el físico comienzan con la desilusión y la insatisfacción, ya sea real o imaginaria, con una relación ya existente.
El peligro :  El sentimiento de que a Dios no le agrada algo puede hacer que usted se aparte de El. Los sentimientos de desilusión e insatisfacción son normales y, cuando se resisten, pasarán.

Paralelos :  Tanto el adulterio espiritual como el físico comienzan al transferir el afecto de un objeto de devoción a otro.
El peligro :  El cambiar nuestro afecto es el primer paso hacia la ceguera que nos lleva al pecado.

Paralelos :  Tanto el adulterio espiritual como el físico requieren de un proceso de deterioro; no es por lo general una decisión impulsiva.
El peligro :  El proceso es peligroso porque no siempre se da uno cuenta de lo que está sucediendo hasta que es demasiado tarde.

Paralelos :  Tanto el adulterio espiritual como el físico requieren la creación de una fantasía acerca de lo que un nuevo objeto de amor puede hacer por usted.
El peligro :  Tal fantasía crea expectativas irreales de lo que una nueva relación puede hacer y solo lleva a la desilusión en todas las relaciones existentes y futuras.


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