- Alianza de Asa con Ben-adad
(1 R. 15.16–22)
- Muerte de Asa
(1 R. 15.23–24)
16.7-10 ¡Judá e Israel nunca aprendieron! A pesar de que Dios los liberó aun cuando eran superados en número (13.3ss; 14.9ss), en repetidas ocasiones buscaron la ayuda de naciones paganas y no de Dios. El hecho de que Asa buscara la ayuda de Siria era evidencia de una decadencia espiritual de la nación. Sólo con la ayuda de Dios, Asa había derrotado a los etíopes y los libios en una batalla abierta. Pero se había desvanecido su confianza en Dios, y ahora sólo buscaba una solución humana para su problema. Cuando el profeta Hanani lo confrontó, Asa lo mandó a encarcelar, revelando así la verdadera condición de su corazón. No es pecado utilizar los medios humanos para resolver nuestros problemas, pero sí el confiar más en ellos que en Dios, el pensar que son mejores que los caminos de Dios, o el dejar a Dios totalmente fuera del proceso de solución de un problema.
16.12 La crítica de la visita de Asa a los doctores no fue una censura general hacia la medicina. El problema de Asa fue que ignoró por completo la ayuda de Dios. La medicina que se practicaba en esos tiempos era una mezcla de superstición y remedios tradicionales. Ciertamente debemos ignorar cualquier tratamiento seudomédico que se derive del ocultismo. La experiencia de Asa además nos debe alentar a seguir la práctica del Nuevo Testamento relacionada con la oración hacia los enfermos (Jam 5:14) cuando busquemos una ayuda médica responsable.
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