Autor: T. Austin-Sparks
Todas las cosas ayudan a bien, para aquellos que son
llamados conforme a su propósito. (Romanos 8:28 ESV)
El Señor Jesús obtuvo mucha fuerza de este conocimiento del
propósito con el que estaba ligada Su vida. No hay duda de que nosotros también
sacaremos fuerzas de ese sentido de propósito, esa conciencia de una vocación
divina que es nuestra. Por eso el enemigo siempre trata de desanimarnos. Busca
suscitar interrogantes y dudas en nuestro corazón sobre el logro de la meta,
diciéndonos que nuestro trabajo es en vano. Si logra robarnos ese sentido de
propósito en nuestra vida, hacernos dudar con respecto a nuestro testimonio,
nuestro trabajo o el valor del sufrimiento por el que tenemos que pasar,
perderemos nuestras fuerzas y el enemigo se verá afectado. la ventaja.
Jesucristo fue mantenido en la fuerza de Dios todo el
tiempo, porque fue dominado por el sentido de su misión, porque mantuvo firme
su propósito. Si mantenemos firme el propósito de nuestra vida, si tenemos en
cuenta nuestro llamamiento celestial, también seremos fortalecidos. Pero si
tratamos de cumplir alguna ambición propia, si llevamos a cabo nuestros propios
programas, si mantenemos algún movimiento en marcha, no habrá recursos divinos
disponibles para nosotros. Para mantenernos en fuerza es esencial que sepamos
que estamos en el propósito de Dios. Nuestro servicio debe ser siempre el
resultado de un propósito divino. Es de suma importancia que nos demos cuenta
de que tenemos un lugar en el plan de Dios. Tenemos que negarnos a nosotros
mismos. En el propósito de Dios no hay lugar para los intereses personales. “A
los que aman a Dios,” Para aquellos cuyo corazón está ocupado con Dios y el
cumplimiento de su propósito, “todas las cosas les ayudan a bien, aun a los que
conforme a su propósito son llamados”. Esa es una declaración definitiva que
muestra que los creyentes son llamados a un propósito Divino. Tenemos que saber
tan definitivamente como lo sabía el Señor Jesús, que estamos en el propósito
de Dios.
THEODORE AUSTIN-SPARKS (1888-1971) dejó todos sus escritos
libremente al cuerpo de Cristo. No hay derechos de autor sobre ninguna obra de
T. Austin Sparks. Era su corazón que se compartieran libremente. Eres libre de
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su material, no cambie ninguna redacción para mantener intactas las palabras
originales y, por favor, adscríbaselas al autor. Muchos de Sus libros se pueden
descargar de forma gratuita en la Biblioteca Austin Sparks, y la Iglesia
Immanuel se ofrece a enviar gratis a cualquiera que desee sus libros impresos.
Versículos de la Biblia: Romanos 8:28
Temas: Propósito
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